miércoles, 25 de septiembre de 2019

"La escritura es la pintura de la voz" Voltaire.


"La escritura es la pintura de la voz"
Voltaire.

 Ejercicio: ¿Y tú por qué escribes?

¿Cuándo sentiste la necesidad de escribir?¿Desde niña o por determinado resorte que activó tu proceso de adulta?

Empecé a escribir sobre los 11 años. Me regalaron un diario y, aunque no tenía muy claro que escribir, aquel fue el empuje. 
Aunque desde pequeña, cuando fui capaz de dominar la lectura y comprender lo que leía, me encantaban los libros y todos los mundos que encerraban.

¿Qué significa para ti la escritura y qué contiene de personal o liberador?

Para mí, el significado de la escritura ha tenido un proceso evolutivo. He pasado de soñar con ser una escritora reconocida, a sentir que lo que escribo es algo más personal, algo con sentido para mí y que no necesariamente todo el mundo tiene que leer pero que no me importa que algunas personas lo lean. 

¿Crees que escribir es un ejercicio que ayuda a conocerse mejor y profundizar en el ser humano?

Creo que en la vida nos paramos muy poco a conocernos a nosotros mismos, asumimos que nuestras reacciones son como son  por nuestra forma de ser pero no es del todo cierto, influyen otros factores externos. 
Escribir nos ayuda a conocernos un poco más pero eso no quiere decir que todo lo que escribimos refleje lo que somos. A modo personal, me gusta mucho escribir desde diferentes roles que nada tienen que ver con mi persona, es un buen modo de saber hasta dónde puedes llegar.

¿Dirías que hay o buscas dar un determinado mensaje en tu obra?

La verdad es que casi siempre busco dejar algún mensaje, alguna moraleja, alguna enseñanza, etc. Creo que tiene sentido.

¿Crees que escribir es más bien una forma de ser y ver la vida o es algo extraordinario que no sabes de dónde surge?

Creo que escribir es el mejor de los regalos que nos ha podido ofrecer la vida y que no es algo extraordinario destinado solo a unos pocos,  a los mejores.
Pienso que realmente toda persona tiene la capacidad de escribir, toda persona con formación y con continuidad puede escribir. Unos lo harán mejor, otros lo haremos peor, pero quien se lo proponga puede escribir.

¿Qué significa el éxito y el ego para ti al escribir? ¿Buscas trascender con tu obra?

Cuando empecé a escribir solo pensaba  en llegar a escribir algo que me subiera a lo alto, que me coronara como una escritora reconocida y famosa.  
Pero me ocurrió una vez que, participando en un blog de escritura, recibí de parte de un lector,  la interpretacion de uno de mis  relatos  y tras ello comenzó a juzgarme, de un modo erróneo, como persona por lo escrito. Esta anécdota me dio mucho que pensar, comprendí que aquello era a lo que me exponía y que tenía que tener cuidado con lo que deseaba.  Llegué a la conclusión de que no necesitaba el éxito en mi vida porque no estaba dispuesta a ser juzgada por lo que escribiese.
Considero que las personas que escribimos no somos lo que escribimos sino cómo lo escribimos.

Por otra parte, pienso que el ego es algo que no debemos alimentar, pero es verdad que a nadie le amarga un dulce.
Mi mayor alegría me la dio una conocida, que hoy en día es una muy buena amiga, al descubir mi blog. Me dijo que llevaba  años sin leer nada y que mi blog le había vuelto a enganchar a la lectura. ¿Hay mejor éxito que ese?  Si tengo que trascender quiero que sea así, sin mayor publicidad.

Orgav.
(Verónica Orozco García)
Si quieres conocer mi blog: Mi libro en blanco
 Todos los derechos reservados.

lunes, 23 de septiembre de 2019

Purificación Menaya Moreno: "Para escribir no hace falta tiempo, sino destiempo" (Juan José Millás)


Y Manoli nos pregunta: “¿Y tú, por qué escribes?”
Es una pregunta tan fácil de contestar. Porque me gusta, y punto. Porque quiero, y ya está. Pero todo tiene su historia detrás.



Porque cuando era niña, desde que aprendí a leer, leía todo lo que me encontraba y cuando digo todo quiero decir absolutamente todo: un cartel por la calle, la etiqueta de una botella de agua en un restaurante, el papel de periódico con el que envolvía la verdulera las acelgas. Era una atracción de imán, donde hubiera unas cuantas letras juntas allá se iban mis ojos, y las absorbían para escuchar dentro de mi cabeza lo que tenían que contarme. Cuando abría un libro, mejor todavía: las letras se transformaban y aparecían personas, animales, juegos, aventuras, era como ver la tele dentro de mí pero sin encender el televisor, y me transformaba en uno de los personajes, o en todos, y las palabras me llevaban a un mundo que no se parecía en nada al mío. Luego estaba Gloria Fuertes, aquella bruja de pelo corto y voz ronca con sus poesías que me hacían cosquillas. Cuando sea mayor —me decía—, escribiré como ella, y como Enid Blyton, y como todos esos escritores de los libros que tanto me gusta leer. Claro que también adoraba los animales y quería hacer reportajes como Félix Rodríguez de la Fuente y ser piloto, y dibujar perezosamente, ese placer de empezar un dibujo hoy y terminarlo mañana o pasado, sin prisas.

En aquel tiempo, cuando escribía empezaba aventuras y muchas veces no las terminaba. Odiaba las redacciones escolares porque si eran de tema libre no sabía qué poner y cuando eran de un tema concreto me parecían muy aburridas, en el colegio no me invitaban a soñar. Era una obligación más.

Y crecí y seguí leyendo. Autores que te hacen pensar y saborear las palabras. Y por eso sigues escribiendo, porque escribir es tu pensamiento: piensas despacio con un lápiz que roza el papel como si dibujaras, o piensas deprisa con una pluma ligera, o más rápido todavía con un teclado. Y empecé a terminar algunas de esas historias. Escribía a escondidas, no quería que nadie lo leyera. Quería escribir. Para contar historias. Para soñar. Para ser otra y yo misma a la vez. Para pintar con palabras. Para volver a sentir lo que había vivido. Para sentir lo que nunca había vivido. Para tocar las nubes con la punta de los dedos. Para escuchar el sonido de las frases en mi cabeza como una canción. ¿Sonaba bien? Sí. Y si no sonaba bien, lo reescribía y sonaba mejor. Porque con una pluma y unos folios el tiempo pasaba sin sentir. Porque escribir se parece mucho a jugar: "¿vale que tú eras un pirata y yo un tiburón?". Y yo quería y quiero seguir jugando, siempre.

Imagino a Neruda escribiéndome: “Me gustas cuando escribes porque estás como ausente”. Porque cuando escribo estoy muy cerca de mí y a la vez puedo estar muy lejos, de mí y de aquí.

Y después sueñas con que los otros sueñen cuando leen tus historias. Que alguien descubra su mundo en ellas.

En el último libro de Juan José Millas,  La vida a ratos, nos dice: La gente piensa que una de las ventajas de jubilarse es que por fin va a tener tiempo para escribir. Para escribir no hace falta tiempo, sino destiempo. El destiempo es una zona oculta y misteriosa del día que se descubre como yo descubrí el lunes la tumba de la gata Carlota: por curiosidad malsana

Siempre me ha faltado tiempo para escribir. Pero también he arañado tiempo al tiempo para juntar letras, y así fue como descubrí ese destiempo debajo de los apuntes de contabilidad, o en aquel concierto de Gershwin, donde los balanceos se convirtieron en un relato de olas azules.

El destiempo te lleva a ser bruja y a hechizar a una ranita de San Antón. Encuentras ese destiempo en la siesta de tus hijos y cuando les cuentas un cuento y cuando juegan con un fantasma que habéis hecho con una bola y un pañuelo blanco. El destiempo te atrapa antes de hacer el amor y también después de polvorear. El destiempo te despierta por la noche y escribes a ciegas en esa libreta que guardas en el cajón de la mesilla, en una página en la que ya habías escrito algo y al día siguiente tienes que separar la ilegible mezcolanza. Ese destiempo te lleva a explorar parajes a los que, sin escribir, nunca irías. Porque ese destiempo es en el único momento en que tú y cualquier realidad se juntan. Porque cualquier realidad, hasta la más increíble, existe cuando la escribes.

¿Y tú, por qué escribes?
Porque lo más difícil es vivir sin escribir cuando quieres escribir.



La imagen puede contener: una persona, sombrero, gafas de sol y exterior
Purificación Menaya Moreno

Escribir para iluminar nuestras sombras

Beatriz Molina Lorca

¿Cuándo sentiste la necesidad de escribir? ¿Desde niña o por determinado resorte que activó tu proceso de adulta?

Yo escribo desde que tengo uso de razón. Quizá la época que más recuerdo es la de adolescente, ésa en la que tu mundo interior es un caos apocalíptico de hormonas, un cúmulo de emociones que se pelean por salir a la luz y que son coartadas por el yugo parental. Desde pequeñas nos enseñaron de manera inconsciente a no mostrar nuestra vulnerabilidad, a tragarnos el orgullo, la ira, la impotencia… Y en aquel entonces solo teníamos dos opciones: desahogarnos con la muñeca de trapo aplicándole alguna ceremonia de vudú o encontrar un modo más constructivo y menos dañino que golpear la almohada o chillar ahogando los gritos con el cojín de tarta de fresa. Yo elegí la escritura: mi diario echaba humo. Cada noche me colocaba los auriculares y me aislaba en mi mundo de letras. Descubrí que, tras aquellas largas sesiones de música y bolígrafo, mi sueño era más reparador. Años después, volví a coger el hábito cuando pasé por una crisis existencial (de esas que pasamos todos alrededor de la cuarentena) y me apunté a un taller de escritura. 

¿Qué significa para ti la escritura y qué contiene de personal y liberador?

Para mí la escritura significa libertad en mayúsculas. El poder crear lo que quieras y como quieras. Es un juego que te permite gestionar tus demonios internos. Siempre he considerado que el ser humano tiene la capacidad de ser todos los personajes, desde un despiadado asesino en serie, hasta la más humillada víctima. Todas y cada una de nuestras sombras están formadas por personajes oscuros, plagados de ira, envidia, codicia, orgullo, y toda clase de emociones que en nuestro día a día escondemos y enterramos en lo más profundo de nuestro ser. Considero que la escritura coloca todas estas emociones en una especie de orden interno que genera una sensación liberadora.

¿Crees que escribir es un ejercicio que ayuda a conocerse mejor y profundizar en el ser humano?

Precisamente al hilo de la respuesta anterior, opino que escribir te apoya a la hora de poner de manifiesto esas sombras que no te atreves a mostrar. Escribiendo te conviertes en el observador de tus pensamientos. Es como si te alejaras de ti mismo y te espiaras desde la ventana de un edificio colindante… Estoy totalmente convencida de que escribir te ayuda a organizar esos pensamientos acumulativos que burbujean en el cerebro. Existen incluso talleres de escritura terapéutica como forma de modificar algunas conductas a través de cambiar simplemente los trazos de las letras. Resulta de vital importancia entonces, no solo el contenido de aquello que escribes, sino también la forma de hacerlo y el material que utilizas.

¿Dirías que hay o buscas dar un determinado mensaje en tu obra?

En general siempre he pecado de cierta impaciencia. Eso se nota en mis relatos que suelen ser cortos y contundentes. Busco sorprender al lector, llevarlo hacia un lugar determinado de aparente serenidad para luego lanzarlo por una montaña rusa. Que el lector acabe despeinado tras leer mis relatos.

¿Crees que escribir es más bien una forma de ser y ver la vida o es algo extraordinario que no sabes de dónde surge? Cuéntanos cómo te sientes tú.

Para mí escribir era una forma de expresarme dentro de este mundo. Hay personas que pintan, otras que se dedican a la danza o al teatro, la escultura o cualquier otra que sirva para transmitir. Yo no era consciente de lo que significaba la escritura en mi vida hasta que empecé a ver la respuesta en la gente que me leía: personas a las que mis palabras conseguían arrancar una lágrima, unas risas, o una sencilla mueca de asombro. Amigas que me presentaban a otras personas como su amiga “la escritora”, me hacían pensar que este simple hobby se había convertido en algo más profundo, más intenso de lo que yo pensaba. Ahora considero que forma parte de mis rasgos personales junto a mi claustrofobia o mi talante extrovertido.

¿Qué significa el éxito y el ego para ti al escribir? ¿Buscas trascender con tu obra?

He tenido épocas en las que soñaba con escribir algo tan sumamente genial que la gente se peleara por conseguir un ejemplar de mi obra. Pero al cabo de un tiempo me bloqueaba el miedo al fracaso, a no gustarle a nadie, a no vender ni un solo ejemplar… Y tras muchos meses de sequía literaria, he llegado a la conclusión de que el éxito es una palabra prostituida, que se relaciona con la venta de muchos ejemplares, con el hecho de ganar dinero, recibir alabanzas de los lectores (en estos tiempos que corren hablaríamos de likes en las redes sociales, más que de alabanzas). Para mí el ego impide la creatividad. A más ego, menos perspectiva. Así que la manera de trascender es soltar esas cadenas y dejarse fluir. Siempre he creído en la frase “lo que tenga que ser, será”. Y así es mi búsqueda: más que de trascender con mi obra, es la de llegar al corazón de los lectores.

Beatriz Molina Lorca

viernes, 20 de septiembre de 2019

Asun Ferri: Escribir...



En esta ocasión es Asun Ferri, escritora valenciana, quien nos visita en el blog para contarnos, a través de esta bella prosa poética, en un fluir de la pluma casi automático, lo que para ella engloba la palabra "escribir"

Asun ha elegido, con este bello pensamiento fluido, resumir todas sus respuestas a la pregunta ¿Y tú, por qué escribes? de la mejor manera: la literaria



ESCRIBIR...



Escribo para captar un instante, escribo para recrear un mundo delirante, escribo al despertar o justo antes de acostarme, escribo para dar voz al silencio, para perpetuar un momento. Cuando escribo ordeno mis pensamientos, aunque a veces algunos de ellos se molestan porque los dejo sueltos, otros se escabullen, huyen, se esconden por vergüenza de mi impericia. No escribo como un pasatiempo, al contrario, lo hago para detener el tiempo. En muchas ocasiones las ideas brotan a borbotones, en otras se deslizan, en otras las engaño, les digo: ‘venid, aquí os escucharán’,  prometiéndoles una falsa eternidad; los instantes más apasionantes son aquellos en que giran como un tornado, arrastrando mis neuronas, en que el ojo de la forma pugna por salir arrebolado por la punta de mis dedos; muchas veces las palabras se rizan y riman, casualmente saltarinas. Escribo con la esperanza de intentar plasmar la otra realidad, esa que se aparece en los sueños, en el fondo de unos ojos, en un abrazo, en las sonrisas, en un chispazo, en una casualidad, y sé que tengo una ardua tarea por delante, el mundo subterráneo no se deja seducir fácilmente, sólo se mostrará acompañado de la magia suficiente, de sus complicados compañeros de viaje: las metáforas, las parábolas, las hipérboles, las elipsis, el sarcasmo, el quiasmo o el oxímoron.

A. Ferri

Blog: Pata de elefanta



Asun Ferri



¡Muchas gracias, por tu propuesta, Asun!

Y tú, después de haber leído este bello testimonio... ¿Sabes ya por qué escribes?

jueves, 19 de septiembre de 2019

Marta Navarro: "Todas las penas pueden soportarse si se convierten en una historia" (Isak Dinesen)


Hoy nos visita la escritora valenciana Marta Navarro,   que nos acerca a los orígenes y motivaciones que la han acercado al proceso creativo y despertado su afición a la escritura. 

¿Y tú por qué escribes?

-¿Cuando sentiste la necesidad de escribir, Marta? ¿Desde niña o por un resorte determinado que en un momento se activó ?
Empecé a escribir de niña, pequeños cuentos y diarios sobre todo, como consecuencia seguramente de la enorme afición que siempre he tenido por la lectura. Desde muy pequeña me recuerdo leyendo así que escribir y tratar de imitar lo que leía debió ser el siguiente paso.
-Qué significa para ti la escritura y que tiene de personal o liberador?
Creo que escribir es una forma de estar en la vida, de mirar, de profundizar y tratar de entender lo que tantas veces resulta incomprensible, de dar voz a los sentimientos y a la imaginación. En ese sentido sí que tiene mucho de liberador.
-Crees que escribir ayuda a conocerse mejor y a profundizar en el ser humano
Sí, sin duda. La escritura obliga siempre a analizar conflictos, situaciones, sentimientos propios o ajenos, a tratar de comprender determinadas reacciones y eso implica también cierto grado de crecimiento personal y una mayor capacidad de empatía.
-¿Hay o buscas un mensaje determinado en tu obra?
No de forma muy evidente. Creo que hay que dejar que sea el lector quien descubra ese mensaje si lo hay. En cualquier caso hay temas que, aun sin pretenderlo de forma consciente, parecen estar siempre de fondo, porque duelen, indignan, preocupan... y se cuelan entre líneas a la menor oportunidad.
-Crees que escribir es una forma de ser o qué es algo extraordinario y cómo te consideras tú?
Creo que escribir es una forma de ser y de mirar la vida, casi una necesidad a veces y nada extraordinario por tanto para el autor, al contrario: el vértigo y la inseguridad, la fragilidad también que en ocasiones provoca mostrar lo escrito pueden resultar demoledores.
-¿Qué es el éxito y el ego para ti al escribir? ¿Buscas trascender?
Nunca pienso en ello al escribir, la verdad. Éxito para mi es simplemente la satisfacción de haber sido capaz de escribir la mejor historia posible en cada momento y apreciar, quizás, cierta evolución en la escritura con el paso del tiempo. La alegría también de recibir algún comentario bonito...
Y más que trascender, que me parece una palabra enorme, lo que me gustaría es ser capaz de atrapar en palabras pequeños fragmentos de belleza o de emoción y ofrecer con ello al lector una mirada diferente sobre ciertos temas.


¡Muchas gracias, Marta, por tu cercanía y respuestas!



Marta Navarro 


  Blog de la autora: 


¿Y tú? ¿Nos cuentas por qué escribes?



viernes, 6 de septiembre de 2019

Escribir para compartir





Hablamos del proceso creativo de la escritura con María José Viz Blanco, filóloga, bibliotecaria y escritora, que ha publicado dos libros de poemas y uno de microliteratura y colabora habitualmente con diversos medios literarios además de ser compañera de letras en este blog.

  -¿Cómo fue tu proceso creativo? ¿Escribes desde niña o es ya de adulta cuando comienzas a escribir?

Yo no me he atrevido a escribir con cierta frecuencia hasta hace muy poco. Mi infancia y juventud las centré en leer vorazmente y, al mismo tiempo, a sentir una admiración enorme por los escritores que leía, hasta el punto de verme incapaz de poder imitarlos. Fue una Carta al Director que envié a varios periódicos la “chispa” que me arrancó en este apasionante mundo de la escritura.

-¿Qué significa para ti la escritura y qué tiene de personal y liberador?

 Para mí escribir es trasladar al papel mis inquietudes y mi imaginación. Por eso, en ocasiones la disfruto como si fuese un juego y, otras, me sirve para desahogarme.


-¿Crees que la escritura es un medio para profundizar en la persona y ayuda a quien escribe a conocerse más a sí mismo?

 No sé si me sirve para conocerme mejor. Yo creo que es más una evasión para mi rutina diaria. Tendría que analizar mi obra un crítico literario y, la verdad, no soy tan importante como para ser objeto de estudio, ja, ja.

-¿Hay o buscas transmitir un mensaje determinado en tu obra?

 Busco entretener. Y si, de paso, provoco una sacudida interior en el lector, una reflexión, mejor que mejor.

¿Crees que escribir es una forma de ser y estar en la vida? ¿te parece algo extraordinario? Cuéntanos cómo lo vives tú.

Escribir es un acto de generosidad, en contra de lo que piensan muchos, que lo consideran una muestra del ego. Significa un esfuerzo, físico y mental, y el escritor (al menos en mi caso) desea compartir lo escrito para que los lectores se sientan identificados con lo que leen, para que sonrían o se entristezcan con sus palabras. Para empatizar, en definitiva.


-¿Qué papel juega el éxito y el ego en tu caso a la hora de escribir?

 Yo siento algo parecido al ego cuando me llega a mis oídos el entusiasmo de algún lector o lectora y noto que es sincero. Cuando proviene de una persona que no es de mi círculo de familia y amistades. En ese momento, me veo como una escritora de verdad. Por otro lado, soy realista y sé que los autores que triunfan lo hacen por otros muchos factores, de los que no es el principal el escribir bien, mucho me temo. Yo no seré nunca una escritora “famosa”, pero ni falta que hace. Llegar a la sensibilidad de unos puñados de buenos lectores me hace sentir auténtica felicidad.


Extraordinaria en su sencillez, siempre es un placer que compartas con nosotros tus palabras, Muchas gracias, María José.


María José Viz Blanco


¿Y tú, sabes ya por qué escribes?


Entrevista: M. Vicente Fernández
Responde: María José Viz Blanco.

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Muchas vidas en una pluma


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Hoy es Noemí Hernández Múñoz, escritora y profesora almeriense, involucrada en varios proyectos de escritura y con varios libros publicados, quién nos habla sobre su proceso creativo.

-¿Y tú, Noemí, por qué escribes?

Escribo, sobre todo, porque al hacerlo me siento libre, en un mundo especial que yo misma he creado, como una realidad paralela.


-Noemí ¿Cuándo sentiste la necesidad de escribir, desde niña, o de adulta por algún resorte concretó que activó en ti esa aficción?
 Empecé de pequeña. Primero copiaba cuentos clásicos y los alargaba o cambiaba el final para crear un nuevo nudo y que surgiera una nueva aventura. El comienzo de todo fue mi afición a la lectura, ya que desde que tengo memoria vivo rodeada de libros. De hecho, mi recuerdo más antiguo (tendría unos cuatro años) es mirar a mi madre mientras me leía un cuento.
¿Qué significa para ti la escritura y qué tiene de personal y liberador?


 La escritura es mucho más que una vía de escape de la rutina, es una forma de libertad que me llena de felicidad. El momento de inspiración creadora es, probablemente, una de las sensaciones más intensas que he vivido, cuando ves que todo fluye mientras deslizas el bolígrafo por el papel o tecleas en el ordenador. Llegar a ese momento, a ese clímax, es como convertirse en una diosa.


¿Crees que escribir te ayuda a profundizar en el conocimiento humano y te enseña a conocerte mejor?

Cuando escribo, soy mis personajes. Soy todos y cada uno de ellos, porque todos, sin excepción, hasta el más vil y odioso, tiene algo de mí. Por eso creo que la escritura me ayuda a ahondar en mi propia mente, aunque nunca escriba sobre mí misma. En cualquier caso, me ayuda a conocer más al ser humano porque me obliga, como ya comentaba, a ser muchos personajes a la vez, a desdoblarme continuamente, por lo que debo meditar sobre el alma humana.

¿Hay o buscas trasmitir algún mensaje determinado en tu obra?

 Aunque generalmente no busco enviar ningún mensaje con mis escritos, creo que sí hay uno implícito en casi todo lo que escribo. Y es que como me encanta escribir fantasía épica, me gusta la idea de pensar que cualquiera puede ser un héroe si se lo propone, incluso aunque no quiera serlo. Sólo hay que hacer lo correcto y procurar ser buena persona. Quizá sea ese el mensaje que transmito sin proponérmelo.

¿Crees que escribir es una forma de ser y ver la vida o crees que se ve como algo extraordinario y cómo te sientes tú al respecto?

 No sé si escribir es algo extraordinario o no. Hay mucha gente que no escribe y le parece que lo es. Igual que hay personas con otros talentos artísticos que me parecen extraordinarios a mí. En cualquier caso, sólo sé que mientras escribo me siento especial.

¿Qué significa el éxito para ti  y tu ego? ¿Buscas trascender?

En cuanto al éxito, debo decir que como no tengo ninguno, poco puedo decir. Sobre el ego puedo hablar un poco más: creo que a todos nos gusta trascender. Y, en el fondo, escribimos para que alguien nos comprenda, para que quien nos lea pueda intentar entender ese mundo que hemos inventado.



Estas son las respuestas de Noemí sobre su proceso creativo. ¿Y tú? ¿Te animas a dar las tuyas?



Entrevista: M. Vicente Fernández



La imagen puede contener: una persona, sonriendo
Noemí Hernández Múñoz


martes, 3 de septiembre de 2019

Escribir como forma de percibir

¿Y tú, por qué escribes? 


-¿Cuándo sentiste la necesidad de escribir? ¿Desde niña o después por un resorte determinado que activó en ti esa aficción?

En mi caso escribo desde la niñez. Mi afición comenzó con los cuentos, entendidos en toda su manifestación: escrita y oral; cuentos que oíamos desde niñas,  que me compraban habitualmente  como regalo y me gustaba coleccionar. Entre mi hermana mayor -que me llevaba ocho años de diferencia- y yo establecimos de forma espontánea lo que se llamaría hoy un primer taller literario, en este caso oral, en el que yo establecía las condiciones del juego y ella ponía la imaginación. Fue mi hermana  mi primera maestra en el arte de imaginar. Cada noche yo elegía un tema para el cuento que ella tenía que inventar: miedo, risa, romance... o bien elegía un título o un elemento principal sobre el que quería que el cuento se basase: una silla que se movía sola, un castillo con una momia... Recuerdo que esperaba la llegada de la noche con mucha emoción para oír el cuento a la hora de dormir. No sabría decir a qué edad, pero menos de once años, quizás ocho u nueve, comencé a escribir, primero letras para canciones que inventaba o finales alternativos a los cuentos que leía y también mis primeros poemas.

-Qué significa para ti la escritura y que tiene de personal o liberador?
Para mí el acto de escribir es algo que tengo integrado. Casi una pulsión automática y natural. Lo personal, a menos que escribas crónicas o redacción periodística (y aún así), está presente en lo que escribes, de una u otra forma, porque siempre hay un poso vivencial en lo que cuentas, ya que una parte a escribir desde la experiencia, aún en los casos de pura ficción.  Siempre hay un personaje en el que te inspiras, una reacción que uno ha observado en alguien, o que ha sentido, o que ha intentado comprender. De liberador: cuando era niña escribía diarios, me gustaba dar voz a mis sentimientos para poder comprenderlos mejor y hoy en día, la escritura para mí es una catarsis, que convierte la sombra, lo obscuro que habita en nosotros, en una historia que quizás aporte algo de luz sobre nuestra propia condición y el mundo.

-¿Crees que escribir ayuda a conocerse mejor y a profundizar en el ser humano?
Sí, eso pienso, y en parte se deduce de mi respuesta anterior. Creo que la escritura es o puede ser el vehículo y vínculo para el crecimiento y conocimiento personal, aunque en mi caso aún esté en pañales  a este nivel, jajaja.

-¿Hay o buscas un mensaje determinado en tu obra?
Creo que es el lector el que encuentra el mensaje. A veces, incluso uno diferente del que quisiste darle tú, y a veces ni siquiera piensas en darle un mensaje, y ocurre que, por ejemplo, escribes algo, lo dejas reposar o lo olvidas durante años y en un momento determinado lo encuentras y parece algo nuevo y con un significado muy distinto a cuando lo escribiste y que solo ves tú. Porque la persona que lo escribió entonces y la que ahora eres ya no es la misma, y a este respecto el escrito es como el hilo conector que une las dos. En este sentido es como un reencuentro con la que eras y la que eres hoy.

-Crees que escribir es una forma de ser o qué es algo extraordinario y cómo te consideras tú?
Creo en lo primero. Para mí es una forma de ser. Hay personas que necesitan el contacto con la naturaleza intensamente y se convierten en alpinistas, otros llegan a encontrar su vocación dedicándose al contacto con animales, bien como una forma de terapia o afición como la hípica... en el caso del arte la persona que tiene tendencia a escribir, esculpir, componer o pintar, necesita hacerlo. Y, en ese sentido buscará la forma de hacerlo, tanto si nace en una cuna artística con un gremio de familiares artistas o si nace en una aldea, por ejemplo, en el caso de la pintura, con un lápiz o con un pincel.  Otra cosa será la difusión de su obra y el aprendizaje de la técnica. Es una forma de expresar el mundo, de sentirlo, yo creo que  el don está ahí, y es cuestión de tiempo que la persona le de salida. 
Respecto a si es o no algo extraordinario son los demás los que lo catalogan o no así, para el autor/a es algo inherente a su naturaleza.  De hecho, trae su parte oscura. Todo viene con un peaje, cuando uno expresa y rebosa sentimientos también se ve, en un momento dado, atrapado en ellos, por eso la escritura no deja de ser una canalización, en mi opinión.

-¿Qué es el éxito y el ego para ti al escribir? ¿Buscas trascender?
El éxito es una palabra ambigua y tramposa y para nada real. Hay fracasos que enseñan muchísimo, por lo que tampoco el fracaso es una palabra que responda a nada. Para mí todo es un aprendizaje. Uno puede escribir hoy y no llegar a nadie y, al cabo de cien años, por quién sabe qué resortes, descubrirse su obra y tener una gran repercusión. Es algo extraño. ¿Cuántos escritores murieron en la miseria y despreciados por sus contemporáneos para que su obra fuese "resucitada" muchísimos años después? ¿Quizás su mensaje no fue comprendido hasta más tarde? No lo sé. Indudablemente, el ego de una siempre agradece que reconozcan lo que hace, pero no debe dejarse llevar por la vanidad. De hecho, persona que escribe es una simple transmisora se limita a transmitir lo que percibe, acertado o no. Una no escribe para enriquecerse porque las letras es muy difícil que den de comer. Una escribe igual que el músico compone, o el cantante canta. Porque su naturaleza es esa y no otra, y para esa persona es algo natural, aunque el talento lo haya que perfeccionar y trabajar también. 
Lo de trascender es inherente al ser humano. Todos queremos dejar nuestra huella aquí. Pero esa huella puede ser de muchas maneras, todos dejamos algo: ese es nuestro equipaje, nuestra obra del tipo que sea: un médico, una madre, una buena persona, hay muchas e infinitas formas de trascender. La palabra, la pintura, la música, la escultura, el cine,es como algo mágico, porque uno puede acercarse a la obra y a la vez acercarse al pensamiento de quién la concibió, eso sí.





Manuela Vicente Fernández

Bueno, y este es mi código de escritura. 

¿Me cuentas el tuyo?



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