Carmen Cano |
I
Donde nacen las palabras
que el amor ilumina,
donde la luz arrebata
y fecunda estrellas en el alma.
Allí, en el revuelto lecho. Allí,
al caer la tarde, tierra y cielo,
tú y yo. Y la dulce herida
de los astros en pleno vuelo.
II
Vuela la mano, nace el sonido
vibrante de la música.
Clara es su melodía,
purísimos acordes bajo el cielo
de la tarde luminosa.
de la tarde luminosa.
Después, silencio. Tal vez el silencio
nos contiene en su sombra profunda.
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