En esta ocasión tenemos el lujo de que nos visite en el blog, Elena Bethencourt, una escritora de Tenerife, cuya trayectoria literaria es reciente pero muy intensa ya que ha irrumpido con fuerza en el mundo de la microliteratura. Dejamos que Elena nos lo cuente:
¿Cuándo
empezaste a escribir?
De pequeña me gustaba escribir. También
leer, pero en aquella época no se compraban libros para los niños —en mi
entorno, al menos— así que leía todo lo que encontraba en casa: El Quijote,
Veinte mil leguas de viaje submarino, Las mil y una noches, la colección de novelas
del oeste de Marcial Lafuente Estefanía, Tiburón y todos los cómics que me
prestaban los niños del barrio.
De muy jovencita sufría por amor y me
gustaba, jaja. Entonces me encerraba en mi habitación, me ponía música para
morirme y escribía las cosas más tristes. Después de esa etapa, estuve siempre
contenta, pasaron treinta años y no escribí nada excepto ensayos, opiniones,
cartas…
Lo
retomaste, ¿por qué?
Pues porque anduve con mi padre un
camino revelador. Una vez lo expliqué así:
“Aquel año aprendí mucho de la vida. Te
llevé a los lugares donde querías regresar, hicimos las cosas que te quedaban
por hacer y visitamos a las personas de las que querías despedirte.
Luego todos lloraron y yo me senté a
escribir”.
Empecé a escribir poesía otra vez, un
libro entero, pero como solo leía a poetas que estuvieran bien muertos me
decepcioné bastante cuando me di cuenta de que ahora ya no se escribía así.
En 2017, buscando otro tipo de
concursos, empecé a ver que había muchos de microrrelatos, no sabía qué era
eso, pensaba que eran textos pequeños (de hecho ese es el mismo error que
comete mucha gente, que no cuenta una historia). Nunca había escrito ficción. El
caso es que enseguida empecé a ser finalista y eso me animó. En 2018 me
llamaron de Relatos en Cadena en enero, esa llamada significó mucho para mí
aunque no me votara ni Blas y en noviembre de ese mismo año quedé finalista
anual.
Entre el año 2018 y el 2019 he hecho
varios cursos de escritura en Escuela de Escritores y Ateneu de Barcelona. Y
desde que descubrí que te lo puedes inventar todo, que no hace falta hablar de
ti, no hago otra cosa que escribir.
¿Cómo
es tu proceso creativo?
Me gusta tener un disparador, algo que
cree las conexiones necesarias en mi mente para que surjan historias. Nunca sé
cómo va a terminar un microrrelato ni adónde me va a llevar, pero a veces llego; se me va ocurriendo mientras escribo. La
cosa es empezar, algo así como un calentamiento. Luego modifico, cambio, vuelvo
a cambiar y a veces ocurre: lo veo. “Ahí está”, digo. Cuando la idea ya está
formada y escrita, entonces pulo, pulo, pulo durante horas, días, en realidad.
Si dijera que sentí dolor, mentiría. En
el fondo me hizo gracia. Mira que venirme a decir ahora, después de cuarenta
años, que nunca me ha querido. Me dio por reír. «Yo a ti tampoco», le dije, más
que nada para que se quedara tranquilo. Suspiró aliviado. Me besó en la frente
y se hundió en el sillón orejero a ver la tele mientras esperaba la cena.
Me puse a hacerle una tortilla bien
cuajada, con todo, como a él le gusta. Quizás me pasé un poco con la cebolla, porque
mientras la cortaba, no podía dejar de llorar.
(Finalista
mensual Relatos en Cadena septiembre 2019)
Creo que no soy un superhéroe porque no
vuelo excepto con la imaginación, mi única fuerza es la de voluntad, no lucho
contra el mal, solo contra el hambre y el frío.
Pero sí tengo un superpoder: soy
invisible. Soy capaz de cruzar la ciudad sin que nadie me vea, de estar toda la
mañana con la mano abierta sin que noten mi presencia y lo más difícil: puedo
hablar sin ser oído.
A veces me pregunto si de verdad soy
invisible o si el mundo está ciego. Sácame de la duda: ¿tú me ves?
(Primer
Premio de “La pobreza en 100 palabras” de EAPN España, 2019)
Torres
más altas
Por esta parte del mundo ya no necesitan
de mis servicios como antes. Están ahí sentados, hablando con los que no están,
sin tocarse siquiera. Me estoy quedando fofa: con un encargo de vez en cuando
no basta para mantenerme. Por eso anoche fui decidida a la central eléctrica,
lo picoteé todo y provoqué el gran apagón. Mi táctica está dando sus frutos:
algunas parejas se han visto más en estas dos horas a oscuras que en diez años
de electricidad.
La semilla está sembrada. Ahora toca
esperar en mi nido. Con suerte dentro de nueve meses tendré tanto trabajo que
no haré otra cosa que volar.
(Finalista
de Zenda)
Malas
elecciones
Todo lo hice por amor, señoría. Me
enamoré de mi vecina, pero una mujer tan guapa tiene mil pretendientes, la
competencia es dura y yo soy muy tímido. No le confesaría mis sentimientos a
menos que se los pusiera por escrito. Así que le escribí una nota, la metí en
el sobre sepia del Senado y me dirigí a mi mesa electoral donde ella era
presidenta. Lo introduje en la urna y me fui a casa a fantasear con la cara que
pondría al encontrar mi mensaje durante el recuento de las papeletas. Le
parecería tan tierno que se intentaría comunicar conmigo esa misma noche,
seguro. O quizás no. Igual me odiaría por ponerla en ridículo. Me entró el pánico,
ansiedad, no sé… Podía haber pensado mejor en las consecuencias, pero me cegué,
señoría, entré en el colegio electoral justo antes de las ocho de la tarde,
cogí la urna y eché a correr.
(Finalista
de mayo de Relatos de Abogados, 2019)
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Elena Bethencourt |
BIOBIBLIOGRAFÍA
Elena Bethencourt. De Tenerife, Islas
Canarias, España. Licenciada en
Filología por la Universidad de La Laguna, España. Postgrado en Especialista Universitario en Traducción
Jurídica por la Universidad de Alicante, España. Amante de la Lengua Española
y de los idiomas en general.
Primer Premio “100 palabras contra la
pobreza” de EAPN España, años 2018 y 2019; Primer Premio “Sumando Capacidades”
del Cabildo de Tenerife 2018; Primer Premio “Una historia de verano”, Editorial
Exlibric, 2018; Ganadora Segundo Premio de Cartas de amor de Covibar, 2018; Ganadora
del mes de Junio 2019 de “Relatos sobre abogados” de la Abogacía Española;
Ganadora del mes de noviembre 2018 y 2019 de “Relatos en Cadena” de la Cadena
Ser; Primer Premio de Concurso de Microrrelatos “Noviembre Forestal” del
Cabildo de Gran Canaria, 2018; Primer Premio del Concurso de Microrrelatos de
Amir México, 2019; Primer Premio del Concurso de Microrrelatos Redpal de
Andalucía, España, noviembre 2019; Ganadora Segundo Premio del Concurso
Internacional de microrrelatos “Ciudad de Trujillo”, 2019; Primer Premio I
Concurso Prevención de Riesgos Laborales Titsa y Mutua MAC, 2019, etc.
Diversos microrrelatos publicados en:
Antología de Microrrelatos Canyada d’art (octubre 2018); Revista “Compromiso y
Cultura” (número junio 2018); I Certamen de Relato breve y poesía Sierra de
Guadarrama, Editorial Maluma, 2018; Revista “Cuentos para el andén”, número 72
(noviembre 2018); Antología Claroscuros (marzo 2019); Antología “100 palabras
para mamá”, Editorial El lobo feroz 2019; Antología Microconcurso de la
Biblioteca Esteve Paluzie (2019), etc.
Más sobre la autora en su blog:
Los mundos de Ely