Página principal

Inicio

jueves, 20 de febrero de 2020

María Posadillo: Mi aventura literaria no empezó para ser leída sino para aprender a escucharme



La imagen puede contener: una o varias personas, exterior y naturaleza

La autora invitada de esta semana en el blog es María Posadillo, a la que le gusta moverse en el ámbito de la microliteratura, en el que la agilidad de su pluma va acorde con la profundidad de lo que expresa. Es un gustazo poder contar con ella ya que, a pesar de la distancia física, resulta una persona muy cercana. De hecho, una tiene la impresión, cuando María nos habla de su proceso creativo, de verse reflejada en sus palabras, tanto desde la óptica de quién escribe, como la de quien lee. Pero dejemos que sea ella quien mejor nos cuente como vive su proceso creativo:

Hace mucho tiempo, descubrí que un libro puede ser un mal maestro del que solo recuerdas el aspecto que tenía, mientras que, otras veces, te regala una historia que te agita y graba a fuego sensaciones que permanecen toda la vida. Leyendo, entendí la fuerza que tienen las palabras y quise aprender a manejarlas. No hay nada más poderoso.

Escribir no me convierte en escritora, tan solo pone a prueba mi capacidad para llegar a tocar la sensibilidad de quien me lee. Se puede escribir para un lector que te encuentra por casualidad, para alguien que se sabe interpelado, o incluso para una misma. Mi aventura literaria no empezó para ser leída, sino para aprender a escucharme. Y me he oído tan alto y claro en mis textos que ya no me entiendo sin ellos. Escribo porque, de todas las maneras en que soy capaz de expresarme, esta es la que me hace sentir más libre. La imaginación coloca a mis personajes en el lugar que quiero, y así es como se proyectan los miedos, la rabia, la esperanza... Así es como, a veces, deseamos ser otros, o como, en tantas ocasiones, reflejamos quienes somos de verdad.

El estilo es algo que se va forjando en cada proceso creativo. No importa si se adentra en el género de terror, en el relato histórico o en la fantasía; tampoco si de repente me encuentro nadando en medio de la prosa o entre versos. Al final, el objetivo es dar vida a historias que nacen de la nada.

En el microrrelato es donde me siento más cómoda porque me resulta un formato muy estimulante; me invita a mezclar ingenio, rapidez, giros, y lanzar un golpe de efecto que ningún otro texto me permite. Sin embargo, las narraciones más largas también tienen su encanto, porque te llevan explorar un lenguaje más reflexivo y estudiado. Es un trabajo más pausado en el que no dejas de aprender. Solo cuando escribir se vuelve una necesidad personal, la prosa se vuelve poética. Es un recurso que te da la posibilidad de perderte en el caos, y a veces eso es todo lo que uno necesita para crear. Si, al final, el destino de lo que escribimos es llegar a alguien, llegará. La literatura es como el amor, un flujo incesante de emociones que van desde quien escribe hasta un lector que es capaz de devolverte cada una de ellas en forma de eternidad.
Pero, ¡ay! ¡Lo eterno es tan efímero en nuestro tiempo!



Uvas con queso

Vine al mundo junto a una vid, una tarde de cosecha. Mi padre me dio un apellido de rancio abolengo, y mi madre unos ojos verdes como aquella fruta que recogían los temporeros. Crecí llena de virtud, vigilada por institutrices que me educaron para mantenerme firme en el cortejo, cuando mi cuerpo candoroso se transformó en el objeto de las miradas de atrevidos caballeros. Mientras mi pudor esperaba paciente la recompensa del amor verdadero, mis mejillas se arrebolaban al paso de los jóvenes braceros que trabajaban el viñedo. Madre entendió mis inquietudes y me entregó la receta para sosegar mi agitación. Me preparaba para mi paseo diario un racimo de uvas frescas y un pedazo de queso y, como anunciando el secreto de un hechizo, me susurraba: "Saben a beso".
No probé jamás manjar más sabroso, y durante mucho tiempo deleité mi paladar con tan acertado sustituto. Pero quiso el destino que una tarde de verano olvidara las viandas y me tropezara con el hijo del capataz. No narraré lo que entonces aconteció, más confieso que aquel día se quedó sobre la mesa de la cocina, además de mi merienda,  la mentira piadosa de mi madre.

                 Microrrelato ganador del I Concurso de Microrrelatos Ojos Verdes Ediciones

Quemada

Un curioso cambio se está gestando en mamá desde hace unas semanas. El aburrimiento ha hecho que le crezcan telarañas en los párpados, y la tensión de su cuerpo reverbera en sus tacones, que dejan al andar pequeños agujeros en el suelo donde jugamos a las canicas.
Todo hace sospechar que se ha vuelto alérgica a la atmósfera que se respira en casa. Primero fueron esos estornudos que escupían palabras a velocidad supersónica y se clavaban en las paredes; después llegaron sus extraños golpes de tos. A cada beso de papá, tose tres veces y, cuando parece estar a punto de ahogarse, expulsa por la boca una mariposa que escapa volando.
Esta mañana, mientras calentaba el café y el pan, observamos que era su cabeza la que empezaba a echar humo. Los pelos se le han puesto tan de punta, que ha tenido que salir corriendo para que la vecina le sujetara esas ideas que se le habían enredado en el cabello. Se ve que la laca no ha servido de mucho, porque de pronto mamá ha aparecido toda desmelenada, anunciando que se iba a tomar el aire. Algo huele a chamusquina en nuestro hogar. Y no son las tostadas.


Microrrelato finalista del Concurso de  la web ENTC y publicado en la antología Claroscuros 2018




María Posadillo

Cordobesa afincada en Málaga desde hace dieciocho años. Licenciada en veterinaria y, aunque enamorada de las ciencias, hace tiempo que descubrió en las letras su verdadera vocación Ganadora del I Certamen de Microrrelatos «Villacañas 3 minutos», del Ayuntamiento de Villacañas (Toledo), IV Certamen Madrid Sky, III Concurso de relatos "Románico digital", del II Certamen de relatos fantásticos y de terror de Sants, III Concurso de relato breve "Tono Escobedo" en la categoría "Caridad", III Certamen Internacional de Cartas de Amor de Holiday Rural, I Concurso de Microrrelatos de Ojos Verdes Ediciones y del I Certamen de Microrrelatos del Hotel Meridional.
Finalista en el Certamen de relatos Universidad de Córdoba 2019, Certamen Internacional Cuentamontes de Cuentos y Relatos de Montaña 2018, II Concurso de relatos cortos Madrid Sky, V Certamen de microrrelatos "Leonardo Barriada", III Certamen de relatos históricos "Francisco Gijón", IV Concurso de microrrelatos "Lola Fernández Moreno", Concurso de microrrelatos "Fundación Camilo José Cela" 2015, I Concurso de Relatos de Sorihuela del Guadalimar, Concurso "Purorrelato" de Casa de África 2015, III Certamen de microrrelatos "Sucedió en la feria", III Certamen Literario "El Secreter" II Certamen de Relatos "Por aquí pasa un río", del Ayuntamiento de Córdoba; V Certamen de Microcuentos Fantasti'cs ; "Calabazas en el trastero", de la Editorial Saco de Huesos, I Premio de microrrelatos de terror Hipujo. Accésit en el I Certamen de microrrelatos "100 Palabras en el metro".
Además de la publicación de estos relatos, otras historias han visto la luz en papel tras ser seleccionadas en el I Certamen de Relato Breve "A qué sabe Cantabria", convocado por el Parlamento de esta comunidad; en el I Certamen de Microcuentos "99 crímenes cotidianos y un responso", de La Pulga Editorial; I Certamen de Microrrelatos "Solsticio de Invierno", de la revista Diván del Escritor; V Certamen de Microrrelatos de cine "Arvikis Dragonfly", de Ediciones Cardeñoso; así como algunos poemas y relatos que forman parte de Antologías editadas por otras sociedades literarias. ( II Antología poética "Versos al aire", "Antología de Microrrelatos Otoño-Invierno" y Antología erótica "Sensaciones y Sentidos 2014" de Diversidad Literaria y II Antología Erótica de Microrrelatos, de Ediciones de Letras)







No hay comentarios:

Publicar un comentario