
Damos la Bienvenida en el blog a  una   autora polifácetica, conocida sobre todo dentro del género fantástico y de terror, Amparo Montejano, directora de la plataforma Circulo de Lovecraft. Abrimos la entrada con uno de sus cuentos, un "pastiche" (recurso literario que consiste en tomar un cuento de un autor y, respetando base y estilo, crear uno nuevo) a partir del  famoso cuento de Lovecraft Los sueños en casa de la bruja.
El retorno de la bruja[  1]      
Mientras
Walter crecía redondito y
patoso como los frutos que dan las vainas de las habas negras, inmerso en la
oscura languidez de un alma apocada y retraída, el locuaz Edward se desarrollaba espigado y
atlético, símil a las   varas copiosas de los almendros sobresalientes de los
tapiales encalados del jardín de su abuelo Alfred el disipado,
llamado así por engrosar la extraña lista de habitantes desaparecidos dentro de
la costera localidad de Innsmouth.
Y en
tanto Walter se sumergía entre
toneladas métricas de crípticos volúmenes matemáticos sobre álgebra, geometría
analítica, física cuántica, leyes exponenciales y demás, Edward se sumía en el caos sucio de
una vida desordenada y ociosa, en la que tan sólo el alcohol y el conocimiento
en profundidad del cuerpo femenino parecían despertar su malsano interés.
Con el
tiempo  , Walter halló   la
recompensa   a su   esfuerzo   denodado  : una beca   con la que podría   doctorarse   en
geometría   no euclidiana   en la prestigiosa   Universidad de Miskatonic  ;
por   contra, Edward halló  
trabajo   de ayudante   de tabernero   en una de las muchas   cantinas que conformaban  
los pútridos   suburbios   de Haverhill.
El
correo entre Walter y su
familia distaba mucho de ser profuso: apenas un par de epístolas mensuales; las
suficientes para que Dorothy y Thomas Gilman se mantuviesen al corriente del aplicado
transcurrir de la vida universitaria de su hijo. En la última de sus   cartas  —  de mediados de enero—   Walter les informó de
su deseo de mudarse; cambiar el cuarto en la residencia de estudiantes, por
otro más barato situado en un ruinoso altillo abuhardillado ubicado en una de
las zonas más legendarias y emblemáticas de la ciudad (atravesando el río en
dirección noroeste); al parecer, el motivo era el hallarse inmerso en el
estudio sobre las propiedades espaciales y su correlación con los mitos
oscurantistas paganos de la vieja Arkham.
Ni que decir tiene que aquella idea sorprendió preocupantemente a los   Gilman, que no tardaron en remitirle una carta aconsejándole que no lo
hiciese; mas, a partir de aquel momento  , dejaron de recibir correo alguno.  
Pasados
unos meses, en concreto a primeros   de mayo, la increíble noticia de la muerte
de Walter llegó acompañada de
sus restos, embutidos tras la coraza de un gravoso ataúd de hierro, costeado a
tal efecto por el patronato universitario y el propio consistorio de la
ciudad.  La causa oficial de la muerte
fue que, al parecer, y desde hacía algún tiempo, el muchacho se hallaba
aquejado por   extraños y gravosos episodios febriles que, junto a otros   síntomas
asociados, habrían terminado por roerle el maltrecho corazón.  
Aquello
rompió el alma de unos padres desconsolados; sabían de la obsesión que su hijo
tenía por los estudios, pero no imaginaban que la búsqueda del conocimiento
pudiese haberlo conducido hasta la mismísima gruta de las tinieblas. 
Tres
años   más   tarde  , en concreto   en la noche de la víspera   de la fecha   de la muerte  
de Walter, los Sres  . Gilman decidieron   acabar   con sus vidas  : Dorothy amaneció   encharcada   en
sangre  , con una enorme   y profunda incisión   que le recorría   el conjunto del
tórax   desde el inicio   del pubis hasta   la curvatura   del esternón  ; una enorme  
pluma   gris habría   sido   el instrumento   con el que la pobre   mujer   se habría  
quitado   la vida  … En el salón  , una espesa   soga   prendía   de una de las esquinadas  
vigas del artesonado del techo  ; se mecía   a derecha   e izquierda  , utilizando   como  
contrapunto   el extinto   cuerpo   del Sr. Thomas.
Sepultados
los cadáveres y con la desafortunada e impopular sombra de ser el presunto
asesino de sus padres —  motivada por las malas compañías y un carácter vicioso y
disoluto—, el joven Edward decidió abandonar Haverhill y poner rumbo a la ciudad
de Arkham… tratando de hallar respuestas: respuestas acerca de la verdadera
causa de la muerte de su hermano, respuestas al origen del mal y las desgracias
que asolaban —  terriblemente y sin piedad—   a todos y cada uno de los miembros de
la familia Gilman, y que sabía tenían relación con las antiguas leyendas de extraños
cultos que albergaba la ciudad misteriosa. 
***
Edward había
llegado a Arkham   con el
propósito de hospedarse en la casa en la que su desdichado hermano pasó sus
últimos meses de vida, pero en su lugar tan sólo se erigía una gran montaña
negra, de fétidos escombros, que exhalaban una ominosa nube de desolación. Por
tal motivo, encontró alojamiento económico en el nº 3 de West High Street, esquina con Garrison; en un cuarto pequeño, pero limpio, perteneciente a una  
fonda que discurría paralela al curso del río Miskatonic y del que apenas distaba un par de kilómetros en
trazado diagonal. 
Cuando
el joven trataba de preguntar a los   esquivos vecinos por el paradero del casero
o de alguno de los inquilinos que habían compartido techo con su hermano,
constantemente se topaba con miradas de recelo y pavoroso temor. Al pronunciar
el nombre de Walter, las gentes se mostraban temerosas, arropadas por un
inexplicable miedo que no eran capaces si quiera de verbalizar: las mujeres y
los niños se refugiaban en las sombrías casas, de paredes amarronadas y sucias,
cerrando tras de sí los trancos de las mohosas portezuelas de madera; no
obstante, mientras atoraban las puertas, Edward
podía percibir, en la atmósfera densa y lóbrega que envolvía las calles
anexas a la casa de Keziah, una
especie de salmodia o de retahíla extraña que cientos de almas aterradas
emitían desde los minúsculos ventanales. 
En tanto, y revestidos de un falso aplomo, los hombres se santiguaban y
le aconsejaban que desbandase su camino y se olvidase por completo del asunto
que lo había encaminado hasta allí.  
Pasado
un tiempo, la búsqueda de evidencias se tornó infructuosa, y ayudado por el
vicio y la podredumbre que inspiran los hábitos mezquinos Edward olvidó pronto el cometido que
lo había llevado hasta aquellas horribles callejuelas, encestadas de
mentideros, en los que resultaba tabú, totalmente prohibitivo, hablar de los
sucesos que habían caracoleado en derredor de la llamada casa de la bruja.
Fue entonces cuando el alma de Gilman —  quizás
por inercia con el cuerpo—    se tornó ponzoñosa; en vil   salitre se
transformaron sus actos y pensamientos y, fruto de ese veneno maligno que fluía
torrencialmente por su cerebro, el joven pasó de abandonar los lindes de la
humanidad a abrazar   a un   espíritu cruel y deshumanizado que lo llevaba a ser
perpetrador de los más horrendos desmanes: violentos robos, maquiavélicas
torturas, sacrílegas violaciones…, inclusive, se le relacionó con unos cuantos
asesinatos sangrientos en los que los cadáveres habían sido brutalmente
desmembrados y arrebatados de sus ojos, dedos y genitales.  
Y a
medida que éstos acrecentaban en número e indignidad, se incrementaba en él la
sensación de ser inmune a las   leyes de los hombres; nadie podía aseverar que
fuera él el autor material de tales vilezas —  por lo que no era procesado—, ni
siquiera podían afirmarlo las jóvenes que fueron mancilladas.   Pero había en todos estos actos una
característica que los distinguía de los obrados por cualquier otro
delincuente: los parámetros de crueldad eran tan brutales, tan aberrantes, que
sólo podían significar que aquel que los cometía sentía un hondo desprecio por
la vida humana. 
Y
mientras más peligroso se tornaba, más huidizo y esquivo se volvía… 
Había
quien afirmaba haberlo visto deambulando, examinando siempre el crepúsculo;
complacido en la caída del profuso telón de las noches sin luna.  Extenuado en una soledad que le hacía
bisbisear frases cortas e intermitentes que infringían en el aire una
musicalidad y aliteración nublosa: místicos preces de arcanos cultos sombríos. 
Tiempo
más tarde —  apenas unos cuantos meses—, gentes pertenecientes a las   callejas
postreras a la orilla norte del Miskatonic
murmuraban habérselo encontrado meciéndose
a través de las cadavéricas sombras de los trazados laberínticos de Arkham; se decía que ya no andaba solo, sino con la curiosa adhesión de
una tenebrosa figura de lo que parecía ser un hombre negro, un hombre de torvas
pupilas grises; un curioso sujeto que recubría su elevada y enjuta osamenta
arrastrando una ominosa túnica de un largo desmedido, ¡tan larga y ominosa!,
como la noche más profunda y más amarga de la que jamás nunca se haya tenido
conciencia.  Desde aquel encuentro
casual, la pista del aborrecido Gilman
se desvaneció como humo negro; no obstante, proferir su nombre en Arkham seguía siendo motivo de pavoroso espanto.
***
Hace
cosa de poco, y en calidad de jurista, acompañé a un   pariente de mi mujer hasta
la ciudad de Arkham, (perentorios negocios nos habían llevado hasta allí).  He de reconocer que no me   resultaban insólitas,
y menos aún indiferentes, las murmuraciones y habladurías acerca de tan
pintoresca ciudad, acerca de sus extraños y hoscos habitantes, así como de los
increíbles sucesos que en ella ocurrían y con los que la gente fantaseaba. Pese
a todo, y como no me   tengo por timorato, la última de las tardes decidí
encaminar mi dilatado paseo hasta llegar al veteado y férrico puente del Miskatonic. Allí, y acodado en el
borde de la balaustrada, me   puse a contemplar la extraña e inerme isla de
piedras bermejas que se alzaba hacia el promedio del río. Entonces ¡un
escalofrío me   recorrió por completo!: la silueta de un extraño monstruo se
recortó en el filo   de la noche iluminada por la prematura luna… ¡Era una rata  
enorme!, ¡descomunal!, provista de una capa densa y espesa de pelo grisáceo que
se erizaba desde el lomo hasta la cabeza y que dejaba entrever unas corvas y
finas garras afiladas que portaban algo… que ¡se clavaban en algo!  Fue cuando —  y haciendo un esfuerzo
sobrehumano por   no gritar—   contemplé con pavor cómo aquella bestia de largo
hocico abría sus fauces y clavaba los ingentes colmillos abarquillados en la
carne rosácea de… ¡una presa  !
Sé
bien que no resulta comprensible… 
Amparo Montejano
[1] Secuela   del relato   Los sueños   en la casa de la bruja del escritor   norteamericano   Howards Phillip Lovecraft   (escrito   entre   enero   y febrero   de 1932, y editado   por vez   primera   en la revista   Weird Tales en 1933).
Audio con lainterpretación   del cuento 
Audio con la
El proceso creativo de Amparo
Nadie mejor que la propia autora para acercarnos a sus inicios en la escritura, sus influencias y explicarnos cómo siente  su proceso creativo:
Antes que nada, agradecerrincón literario y, por supuesto, al equipo que lo forma, el ofrecimiento y la deferencia que han tenido conmigo al otorgarme la posibilidad de mostrar un poquito más la personalidad de quiénes nos hallamos detrás de los lectores, tras de los libros a este esbozando y materializando ideas en base … posibilidades que, a día de a las hoy en mi caso particular, como autora de ficción especulativa — ofrece el panorama cultural y literario de nuestro país. Por todo — gracias. ello, 
A la cuestión de por qué escribo, yo daría una respuesta aún más condensadaen forma de pregunta—: «Y ¿por qué no?» — 
Alguiendijo una vez que dejara de soñar… que no valía para el esforzado y duro ejercicio que representa la escritura. Evidentemente no hice caso, ¡todo lo contrario!: cuanto más difícil y arduo resulta alzar los pies del suelo, más espiritual y gratificante me para el alma — será la experiencia de volar libre, y eso es precisamente lo que representa para mí la escritura, y en concreto, la de terror y ciencia ficción; literatura de género que se vuelve apremiante e imperativa — en los tiempos que corren — a la hora de verbalizar y dar forma a todo aquello que, en nuestro día a día y — obstrucción política, económica, cultural o social, nos es difícil argüir. por 
a mis Retrotraerme inicios como es escritora viajar cuarenta años en el atrás , cuando tiempo en el arranqué de las mundo letras de la sirviéndome ; lírica , recalando , en la también para literatura y en el niños . Pero costumbrismo a fue del través del género de terror y relato ciencia ficción que no — subgéneros narrativos cuando — realmente a empecé sentirme en casa como , lo pues u ominoso , lo probable y onírico … se hallan macabro en la condensados de una complacencia pequeña pero maravilla: gran esa breve que tanto narrativa amaban ingentes creadores Maupassant, Poe, Le-Fanu, Lovecraft, Grabinski, Mary E. Penn, Robert E. Howard… como o más en el cercanos a tiempo , Shirley Jackson, Neil Gaiman, Isaac Asimov, Richard Matheson, Bradbury nosotros el o Stephen King. propio 
Escritora de terror y ciencia ficción, nacida en el
año 1975 en Castilla-La Mancha. Cursó estudios de Arte y Educación Infantil.
Tras dedicarse al costumbrismo, encontró en el revés
del espejo de la literatura de género  —  sobre todo,
de terror—   el lienzo idóneo para expresar, a través de relatos y
novelas cortas, lo más aciago y lóbrego inmerso dentro de la cotidianidad; una
cotidianidad que encierra, para la autora, el verdadero germen   del terror.
Desde septiembre del 2016 ostenta exitosamente el cargo de directora de la
plataforma web Círculo de Lovecraft,
destinada a la difusión gratuita y activa de la literatura de género. Es,
igualmente, directora de la revista de descarga gratuita Círculo de Lovecraft. 
Miembro organizador de El Día del
Tentáculo 2019.
Antologías
·        
I am
Providence (Círculo   de Lovecraft), coordinadora   y autora   con El
retorno de la bruja (junio   del
2018).
·        
Eliza, que
ya no está y 14 relatos más de fantasmas (Grupo Amanecer editorial) con Tienes ojos y no los ves (enero 2019). 
·        
Monstruosas (Tinta Púrpura
Ediciones) con La envainadora de carne (mayo 2019). 
·        
HerejeS:
Antología de Terror Navideño (Historias Pulp) con Cosas de familia (diciembre 2019). 
·        
Femenino
Plural. Relatos   de mujeres   para mujeres   (Caballo Cuatralbo   Ediciones) con En la caverna   del loco juegan   con muñecas  
(enero   2020).
Colaboraciones
·          Colaboradora en revistas sobre el género fantástico y de terror como: Fantastics.  certamen microcuento Nº 16, El ojo de Uk, Insomnia, Penumbria, Nictofilia, Aeternum, Revista/Web NGC 3660  Caltiki Magazine, Crononautas, Cosmoversus  y articulista en el periódico digital 
·        
El Magacín y en la revista Vuelo de Cuervos.
Premios
·        
Finalista en la 1ª Antología de Relatos de Esstudio Ediciones (noviembre 2016). 
·        
Finalista en la 1ª edición de Poesía Villa de Madrid (enero 2017).
·        
Finalista   en el XVII Certamen   de declamación   poética   Diego Granados (mayo 2017).
·        
Finalista   II
Premio   Ripley de Ciencia Ficción   y Terror para escritoras   (mayo 2018) con
el relato   El monstruo   de las galletas.
·        
Finalista en Visiones 2019 (AEFCFT) con el relato El poeta de hierro.
Entrevistas
·        
Plataforma Web Cosmoversus: 
·        
Programa radiofónico Coloquio de Polillas/El Día
del Tentáculo (Madrid, 28 de septiembre de 2019):
https://www.ivoox.com/dia-del-tentaculo-2019-revista-circulo-lovecraft-audios-mp3_rf_43566345_1.html
·         
·        
Radio-ficciones  :
Programa radiofónico Noviembre Nocturno: 
Enlaces a RR .  SS.

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