Hoy tenemos el honor de recibir en el blog, como autora invitada a Patricia Nasello, una excelente escritora, con una trayectoria en el campo de la microliteratura reconocida y varios libros públicados.
Patricia nos habla de su proceso creativo con estas palabras:
Según reza el refrán, dentro de todo lector empedernido duerme un escritor que puede, o no, despertar. Cuando la escritora que dormía en mí despertó, lo hizo con un afán de explorador. Quiso descubrir qué se encontraba más allá de esa palabra tan sugerente, de esa línea, de esa idea. Y cuando esa idea tomó forma de cuento deseó mirar más allá, internarse en el territorio desconocido, en el sortilegio de una nueva historia. No uso la palabra sortilegio de forma inocente. Todo escritor, toda escritora, es el Gran Hechicero, el que da forma, y ordena, el caos de su ficción.
Patricia nos habla de su proceso creativo con estas palabras:
Según reza el refrán, dentro de todo lector empedernido duerme un escritor que puede, o no, despertar. Cuando la escritora que dormía en mí despertó, lo hizo con un afán de explorador. Quiso descubrir qué se encontraba más allá de esa palabra tan sugerente, de esa línea, de esa idea. Y cuando esa idea tomó forma de cuento deseó mirar más allá, internarse en el territorio desconocido, en el sortilegio de una nueva historia. No uso la palabra sortilegio de forma inocente. Todo escritor, toda escritora, es el Gran Hechicero, el que da forma, y ordena, el caos de su ficción.
Como
quien recita un encantamiento, así escribo. Para traer al presente lo pasado,
para materializar lo perdido, para detectar qué se halla detrás de la
apariencia; expresar una opinión, jugar con la imaginación, o efectuar un homenaje.
Tengo para mí que quien escribe, en última instancia, siempre lo hace para
celebrar la vida. Porque, sin importar cuán duras sean las circunstancias, la
vida siempre es una oportunidad. Escribir es cazar esa oportunidad. Y también
casarse con ella.
Cuatro Microrrelatos de Patricia Nasello
Paz
La
guerra líquida, según fue apodada, tan sucia
como todas las que le antecedieron pero más cruenta que ninguna,
finaliza. Los sobrevivientes, unos pocos hombres que ahora se piensan
infinitamente poderosos, cumpliendo el acuerdo de palabra con el que sellaron
el enfrentamiento fratricida, narcotizan los mares —único modo de atraparlos— y
los parten, y reparten, y secuestran lo partido y repartido en sendas cajas
fuertes. Bajo el peso de los bloques de cemento que guardan las cajas y su contenido precioso, bajo latas oxidadas, trozos de nailon, colillas de cigarrillos y rocas partidas por la inclemencia del desierto que se expande; bajo los huesos pulverizados de los muertos, la madre tierra suplica como un mendigo:
—agua, por favor.
—agua, por favor.
Nosotros somos eternos (2016)
Retrato de mujer
con esperanza
Cuenta
el número de paquetes de regalo, nietos, cubiertos en la mesa, portaservilletas
con la cara de Papá Noel y porciones de helado. Observa el pino, cargado,
sobrecargado, con las luces y los adornos típicos de la ocasión. Roza con los dedos el mantel blanco de hilo
paraguayo que su madre usaba cada 25 de diciembre y se sienta a esperar el
arribo de la familia.
De
no saber lo que sabe, sería feliz.
Sabe que ella es un personaje de ficción. Sabe que un personaje de ficción nunca
traspasa su mundo imaginario. Sabe, por lo tanto, que este anhelo entrañable de
ver a los suyos vivir la Navidad más allá de estas líneas se encuentra condenado
a la frustración. Sin embargo, la esperanza es una perra que nunca suelta la
presa.
Una mujer vuelta al revés (2017)
Otra bestia
predecible
El
ocekaral es tuyo porque surgió de tu mente. Sin embargo, no se trata de un
fantasma: la criatura es real. Y ese atractivo felino con el que te seduce, una
trampa. Cierta noche, una noche que su zarpa ya fijó con una muesca de sangre
en el calendario; el departamento en el que transcurren tus días, será jungla.
Él abrazará tu cintura con su cola y saltará elevándote entre las ramas
olorosas a flores tropicales. Su corazón latirá en tus labios y en tu gozo
creerás, por una vez en la vida, contemplar el mundo desde su punto más alto.
Pero
el mundo se nublará para tus ojos y… no llores. Deberías considerarte
bendecida, otros padecen una muerte violenta sin haber disfrutado antes.
Qué buen disfraz de leona (2019)
Instrucciones para
ser un buen perro
Usted
no es ese gorrión que caza insectos
entre las tomateras, tampoco es el canario de la casa; mucho menos el puma que sabemos en la
espesura del monte. Comprenda, entonces,
que nadie entiende este delirio suyo de
libertad, de canto, de vuelo.
La
sumisión al amo no es una cualidad inherente a su especie como muchos suponen,
sin embargo, una vez que haya renunciado a este enajenamiento en el que ahora
vive, tal cualidad le será dada por añadidura. Y lo acompañará, irreprochable, hasta el día de su muerte.
Inédito
Magíster en Escritura Creativa por la Universidad de Salamanca (USAL)
y Contadora Pública por la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Su último
libro es una micronovela titulada Acabemos
con ellos de una vez, (Alción, 2019); también publicó los libros de microrrelatos Qué buen disfraz de leona (Micrópolis, 2019), Una mujer vuelta al revés (2017, Macedonia), Nosotros somos eternos (2016, Macedonia) y El manuscrito (2001, edición de autor).
Participó
en antologías, periódicos y revistas culturales (soporte papel) en Argentina,
México, España, Perú, Rumania, Venezuela y Bolivia.
Trabajos
suyos han sido traducidos al francés, italiano, rumano e inglés.
Desde
el año 2013 administra Piedra y nido antología digital de minificción (más de trescientos escritores publicados de veintisiete países)
Desde
diciembre de 2018 tiene a su cargo la columna "Efemérides literarias"
en Tardes Amarillas, revista de cultura.
Bitácora
personal: