Efi cubero |
Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Poesía, en este veintiuno de marzo, hemos invitado a nuestro blog a una autora muy especial, cuya trayectoria ha sido admirada y reconocida ampliamente y a la que, desde aquí, transmitimos nuestro más profundo agradecimiento por aceptar nuestra invitación. Hablamos con la poeta, ensayista e historiadora española, Efi Cubero, que nos cuenta con maestría como nace, en su caso, el sentir poético y nos ofrece varios de sus poemas (uno de ellos inédito).
Ya desde mi primer libro, Fragmentos de Exilio, dejo claro por dónde va mi obra. No es un exilio físico, tampoco es añoranza ni nostalgia, se trata de la extrañeza. Siempre he vivido con la sensación de ser una extraña, o como diría Sartre, somos extranjeros en un mundo sin sentido. Platón nos mandó al ostracismo, fuera de las murallas, y Octavio Paz decía que los poetas nos hallamos en las catacumbas. Hölderlin dejó escrito que la poesía empieza siempre después, cuando se ha dicho adiós a algo que ya no puede volver a aparecer. Pienso que los creadores somos los extraños, los inestables, los desconcertados seres que orillamos los filos del vacío, ese doble lugar, por otra parte tan centrado, donde se vive la realidad absoluta, pero también la transcendencia y el misterio, la vida con la muerte, la memoria, el presente que de sobras sabemos que no existe puesto que de inmediato ya es futuro. Hay en nuestro mundo, sobre todo en la actualidad de tanta información y tantas redes, una profunda desorientación, líneas que nos saturan, esa permanente oposición entre realidad e irrealidad. Dudamos. El proceso de un íntimo exilio está presente en nosotros casi desde el principio, y no se trata de alegoría y menos teología, permanece ahí, dentro, de manera muy honda, de no tenerlo tan arraigado sin duda no nos dedicaríamos a lo que nos dedicamos. Cada cual halla, en la multiplicidad de sus espejos, su propio fundamento y desde la tan contemporánea incertidumbre, sus certezas. Escribir es algo único y extravital que cicatriza la herida de existir y abre campos al sueño, certifica lo que observamos, nos ayuda a comprender mejor en esta indagación de lo que somos, o creemos ser.
Yo, que escribo desde que me conozco, publiqué tarde y resistiéndome a hacerlo, porque la publicación en sí jamás estuvo en mi ideario de lo que en realidad significa para mí, -como a Kavafis o a Pessoa- la Poesía. Pero una vez empezado, solo publico lo que verdaderamente deseo publicar.
Muchos libros he publicado, de ellos hay excelentes críticas, a veces he jugado con el mito de mi propio nombre: Ifigenia, donde confluye la memoria unida a la tradición a través de los clásicos, de los ojos ciegos de Homero que tanto supieron ver, puesto que la épica y la lírica de los presocráticos también estaban en la mirada de mi padre y en la de los hombres y mujeres de mi tierra que observaban y vivían la naturaleza, y también la naturaleza humana, que soportaron una guerra cruenta y dolorosa y miles de heridas sin cicatrizar. Los demás libros siguen ahondando mediante el pensamiento y la emoción en tierra y cielo. Siempre como extranjera. Siempre como extraña aunque absolutamente pegada a la realidad, sin demasiadas concesiones a lo inefable o a la fantasía. Exilios, bifurcaciones, dolor y gozo, la vida y más allá de ella. Todos mis poemas tratan de la extrañeza de una manera u otra, todos mis libros forman parte de esa especie de exilio interior que me caracteriza.
―Háblanos de tu proceso creativo. Cómo nace en ti la inspiración, qué resortes la impulsan y hacia qué elementos se ve abocada o se dirige.
Dijo una vez Rilke “Era un poeta y odiaba lo impreciso”.
Y también tengo muy presente estas palabras de Karl Kraus:
"¡Odio esa falsa décadence mentida, que coquetea eternamente consigo misma: la combato y combatiré siempre: la poesía en pose, enfermiza, masturbada!".
Pienso que mi poesía, esta luz inestable, es un extraño puente tendido sobre el tiempo que atraviesa fronteras de una manera libre, acaso porque jamás las tuvo. Mis poemas son como balizas, señales de orientación frente a la oscuridad que se vislumbra en las líneas de sombra de la vida. La extrañeza latente en esta disidencia que acciona ciertos guiños por donde poder comprender o transitar mejor entre los páramos ciertos que una atraviesa en en este deambular llamado vida.
La tensión vertebra siempre mi poesía. Tensión que se articula en los versos, que son preguntas, desenmascarando a veces el orden establecido. Mi poesía se desdobla y adentra en la complejidad de múltiples facetas. Y, aunque la naturaleza se halle también presente, apunta más al centro de cada ser humano. Parte de una conciencia de irreductible soledad. Silencio, hay silencio entre líneas, un abisal silencio. Me gana este silencio metafórico tan arraigado en la Naturaleza y en la naturaleza de las cosas, y sobre todo en el propio ser humano inmerso en esa apuesta personal donde encuentra sus límites, salta sus propios muros y es a un tiempo materia y espíritu, caos y orden, verdad e impostura.
Me hallo permanentemente en estado de sitio, porque sé que decir la verdad tiene su precio.
A veces es un soliloquio, una conversación conmigo misma y a la vez un diálogo con un receptor desconocido, porque hay que bracear en el dolor y en la clara potenciación expresiva, descubrir en el barro del fondo las distintas verdades de una sed de absoluto. En poesía existe el punto de fuga que libera, aunque sabemos que esa supuesta consistencia ontológica no deja de ser también algo ilusorio. A veces hiere desde su confinamiento buscado. Procuro despojarla de artificios y de anécdotas, acaso como contestación a la moneda de cambio de cierto tipo de lenguaje, muy empleado en los últimos tiempos, ya que existen poquísimas cosas que se salven frente a los intereses de nuestra supuesta civilización.
Procuro que desbroce espacios, dejarla pensar y sentir, meditar de forma tan intensa como perturbadora.
A menudo descreo, con ella, de las eternas verdades propagadas, porque sé o intuyo, que la libertad al fin y al cabo es un concepto que ha de vivirse desde el interior. A veces se halla atravesada por el dolor pero sin ser en absoluto compasiva porque no seduce con imágenes coloristas ni tampoco intenta consolar, es una herida abierta que se defiende por sí misma sin necesitar de puntos de sutura. Es la extrañeza. Es mi condición del extraño.
―Por último, si, como poeta, tuvieses que definir en pocas líneas el porqué de tus escritos y qué aporta la poesía en tu vida ¿Qué puedes decirnos?
La escritura, la Poesía, es la piel de mi alma y muchísimo más. Es para lo que he nacido. Es alcanzar ese punto inefable al que no llegamos con la reflexión o el pensamiento. Es la llama que aviva lo esencial e invisible dentro del proceso de gestación de la obra personal de cada uno. No podremos nunca definir del todo qué es la Poesía en realidad, pero mediante la intuición sabemos de cierto que es lo que verdaderamente no contienen, por perfecta que sea la ejecución de una obra, estos dos conceptos primordiales. La Poesía me permite “ver” de otra manera. Sentir esa labor de síntesis, eliminar la hojarasca, podar para dar luz. Saber lo que estoy haciendo porque cumplo un destino, algo que posee espíritu y altura, la fresca viveza de lo eterno. Lo que no puede expresarse sin ese hálito que le insufla vida a un poema o a cualquier otra forma artística. Eso creo que es, o debe ser la escritura. La Poesía.
Hoy mismo, el catedrático escritor y poeta , Ferrán Gallego, me dedica un soneto bellísimo que me retrata. Os lo brindo como cierre a este cuestionario:
TU ETERNIDAD ES MI TIEMPO
Para Efi Cubero
Esa sonrisa, apenas esbozada,
esos ojos que ven el aire oculto,
ese espíritu al margen del tumulto
esa sombra apostada en tu mirada.
Esa voz de la extraña que no vende
su pureza a la gloria o a la fama.
Esa fuerza interior que se derrama
en versos que la eternidad atiende.
Esa bondad a prueba de malvados,
esa esperanza tan comprometida,
ese culto a la vida sin descanso.
Ese amor que palpita en tu costado,
ese amor que es palabra y que es herida,
ese recuerdo fiel, como un remanso.
Ferrán Gallego
POEMAS EFI CUBERO
COMPÁS DE ¾
Como las aguas bajan a posarse en las
manos
los recuerdos nocturnos de luna
pensativa nos desvelan.
Otras veces con su lumbre de siglos o
de horas
nos dictan el secreto de las
revelaciones.
Bajo distinta luz de agua despierta,
bebes así la irrealidad del mundo,
y eres tú y no eres tú.
¿Cómo explicarlo?
Son los días centrales de una calma
aparente,
estamos a merced de lo improbable
tras el albur de un drama inesperado,
en esta tarde vuelvo de la ausencia
olivo verdiplata, crecimiento en
bancales,
sobre un silencio que azulea en los
muros
conformándose a solas las capas de la
voz.
El mundo se inaugura en lo profundo,
la sed de la mirada abarca por sí
misma un universo,
hay un patio interior en cada vida,
una calle vacía
que llenamos con el acero de la
desmemoria.
Somos supervivientes escuchando un
crujir de
recuerdos
tras los pasos inciertos como
advertencia de lo ya
perdido.
Volvemos al origen, somos viento, algo
de brasa y de
melancolía,
rastros que hemos dejado entre las
hojas o las simas
profundas,
de tiempo y soledad.
Te dije: la mañana es de oro como un
beso de Klimt,
tan alegre como una partitura…
—de Mozart, desde luego— respondiste.
Allí estábamos ambos, hombre y mujer a
solas,
vulnerables,
prendidos del vacío centrados en un
mundo sólo
nuestro,
expuestos en el vértigo cóncavo del
vivir, de alguna
forma ajenos,
emanando la fuerza poderosa de lo que
emerge siempre
más allá de la piel de los prejuicios
o las imposiciones.
Cada vez más ligeros, tan altos de
horizontes,
ascendimos al sol igual de vivo que la
vieja noria,
suspendidos allí fuimos felices, la
tarde no mentía.
Sobre el desasosiego de sus vetas
profundas,
el mundo zozobraba en lo inestable
bajo la tensa calma
de todo lo precario de las líneas en
la fragilidad del
balanceo,
pendular movimiento de interiores
entre interrogaciones
de un tiempo concentrado sobre el
instante mismo
en la fragilidad de las certezas
frente a la noche armada de lámpara
encendida.
Llega esta incertidumbre de perdernos
mas no quiero pensar en la tristeza
al descender de pronto hasta la cripta
que encogió nuestros cuerpos.
Tan sólo partitura, la mirada en la
nieve se deshizo,
rotunda y blanca, como el epitafio de
recordarme
que es razón inútil el rescatarte
mediante palabras
o a través de los órfico sonidos, de
donde ya no vuelves.
Transformamos en aire los recuerdos
y el recuerdo nos niega.
Es lo confesional que inclina a la
pureza
de un algo inextinguible que elige sus
principios
esta noche de lluvia donde convoco al
sol.
Abrir la puerta, cerrarla tras de mi
con noche dentro,
la noche que tirita sin consuelo
sabiendo que aunque vuelva ya no
vuelves
que bajo nuestros pies no existen
rosas
en la ciudad que danza entre
cristales.
Carente de señales identificatorias
regresas hacia el borde de aquel tiempo
escindido,
por la imantada noria que vuelve sobre
el sueño
de una tela de araña —sin araña ni
presa—
tejiendo en la memoria la alegría que fue lo
indisoluble.
Efi Cubero
AJEDREZ
La noche azul sobre nuestras cabezas
bebe sobre el jazmín, la vida ríe.
Es verano en el cielo la pantalla
se ilumina en rectángulos de tiempo,
frente a nosotros Bergman y el vacío
hallan interrogantes sin respuestas.
Dos caballeros que se contraponen,
angulosos perfiles, juegan al ajedrez.
Erosión mineral sobre los rostros
observando callados
en cómo derrocar al adversario.
Lenta se desarrolla la partida,
la amenaza se cierne en el tablero.
El jaque mate lo dará la muerte.
Efi Cubero
PERSEIDAS
No te preocupes, sueña.
Las estrellas son sólo una ilusión,
siglos hace que desaparecieron.
Tan sólo queda el brillo que ilumina
la parte más oscura.
Son polvo de un anhelo
sobre otras superficies estelares
que alguna noche mágica
tu corazón buscó con insistencia.
Las estrellas ignoran su belleza
lejana,
efímera, infinita, igual que la
palabra
que ahora mismo se entrega,
(dócil y arrebatada)
en la confirmación de su destino.
Efi
Cubero
PURO HUESO DE O`KEEFFE
Una objetividad, adoptar una
objetividad
fue lo supremo de perseguir la huella
que no puede expresarse ni tampoco
expresarme.
Caminé cerca de la naturaleza, de las
cosas, del mundo,
de las fuentes eternas de la vida y la
muerte.
De cielos lívidos que me interpelaron,
no en la retina, sino en el espíritu.
No fui una advenediza de oportunismo
turbio.
Por los acristalados de la ciudad
mundana.
llevé los rascacielos hasta el extremo
de sus transparencias. La ambigüedad,
de cálices translúcidos, donde el
tiempo se vuelve
abstracción infinita, me llevaron al
límite.
Después, me fui cargada con mi saco de
huesos
al desierto profundo de la magia
ancestral
para entender mi fuerza.
Fueron muy poderosos los matices de
arena,
esa eterna raíz de lo más primitivo.
Esqueletos de vacas me coronan, que un
fotógrafo capta,
ya en mis últimos años fatigados.
Poso serena y firme, y tan llena de
arrugas
como los personajes de Comala y de
Rulfo.
Dos lados de una luna contrapuesta no
redujeron mi acto de crear.
De perseguir, tan minuciosamente, la
belleza
enigmática que una sencilla flor
aporta al mundo.
Todo conflicto superado adquiere
personal autonomía.
Estoy frente al paisaje de los
acabamientos.
Esta tensión sin nombre que me acerca
a los cielos, se diluye.
Yo soy mi propia línea de horizontes
inciertos.
Yo soy mi propia forma de la Nada.
Efi Cubero
APUNTE BIOGRÁFICO
Escritora española (Granja de Torrehermosa, Badajoz). Residió en Barcelona desde la infancia hasta 2016, cuando regresó a su tierra natal. En Barcelona cursó estudios de historia del arte y de lengua y literatura. Su obra forma parte de numerosas antologías de España, Europa y América, y parte de ella ha sido traducida al francés, al portugués, al inglés, al italiano y al indonesio. Ha publicado, entre otros, los libros Fragmentos de exilio (1992), Altano (1995), Borrando márgenes (2004; con prólogo de Manuel Simón Viola), La mirada en el limo (2005), Estados sucesivos (México, 2008; con prólogo de Federico Martínez Reyes), Ultramar (2009; libro de artista junto al pintor Paco Mora Peral), Condición del extraño (La Isla de Siltolá, 2013; con estudio introductorio de Jesús Moreno Sanz), Desajustes (número 2 de la Colección de Poesía 3X3 dirigida por Antonio Gómez), Punto de apoyo (De la Luna Libros, Mérida, 2014; colección Luna de Poniente), Esencia (ensayos; La Isla de Siltolá, 2019), Mesa para tres, homenaje a Miguel Hernández (2021, libro de artista con el pintor Paco Mora) y Solo inclasificable (La Isla de Siltolá, 2021). Ha colaborado en diversos libros de ensayo y poesía; entre otros, en varios de los tomos de la Cátedra de Arquitectura y Humanidades (México, 2015-2021), En el vuelo de la memoria (2019), Streets Where to Walk Is to Embark (Inglaterra, 2019), O sangue dos ríos / La sangre de los ríos (Cámara Municipal de Fundão, Portugal, 2019), Nubes: poesía hispanoamericana (Pre-Textos, 2019; dirigida por Edda Armas), La experiencia de la libertad: poesía española contemporánea (México, 2020, selección de José Luis Morante), Alejandra Pizarnik y sus múltiples voces (Huso Editorial, 2021; selección de Mayda Bustamante) y Leer la vida (Impronta, Nueva York, Estados Unidos, 2021; edición de Hilario Barrero) en el Aula GVADIANA, etc. En 2016 asistió a la 10ª Feria Internacional del Libro de Medellín (Colombia) Fue corresponsal de Frontera en Barcelona y es desde hace años colaboradora de Revistart (Revista de las Artes). Colaboradora asidua en Arquitectura y Humanidades (Universidad Nacional Autónoma de México, Unam). Textos suyos han sido publicados además en revistas académicas, de pensamiento y literarias, de España, América y Europa,como Mitologías, Analecta Literaria (Nueva York, Estados Unidos), Quimera, Turia, Cuaderno Ático, Estación Poesía, CAL, El Hombre a Caballo, Además De, Frontera, Cromomagacine, Papel Salmón, Alga, Norbania, Destiempos, En Sentido Figurado, Tinta China, Cooltura , Tardes Amarillas (Argentina) Corredor Mediterráneo (Argentina) Crátera, Ítaca, Exégesis y un larguísimo etcétera.
Ha prologado a varios escritores , entre otros, a la cubana Dulce María Loynaz (Premio Cervantes 1992) o los españoles Manuel Neila, Antonio García Barbeito, Jesús María Gómez. Es autora de textos en una serie de catálogos de arte. Ha sido miembro de diversos jurados y ha participado como ponente en congresos dentro y fuera de España, e impartido conferencias y lecturas poéticas en instituciones y universidades. Ha participado en varias exposiciones de arte contemporáneo relacionadas con la poesía experimental en Chile, Italia, México, Francia, Portugal y España.
Recientemente, en 2022, en el Primer Festival Internacional de Poesía celebrado en Morarzarzal y distintos lugares de Madrid, América y Europa, fue homenajeada junto a los autores Miguel Veyrat y Rafael Soler por la calidad incuestionable de su obra poética.
Gracias por compartir. Felicidades Efi por ser como la primavera. Un abrazo
ResponderEliminar