martes, 5 de noviembre de 2024

María Antonieta Barrientos: 'Escribo para salir del túnel de la oscuridad y volar'

María Antonieta Barrientos

Recibimos en el blog a una excelente y por entrañable escritora, María Antonieta Barrientos, una autora ciega, que percibe el mundo con los ojos del alma, con una dimensión poética excepcional por su belleza lírica y hondura. 

Damos la palabra a María Antonia para que sea ella misma la que nos cuente como vive su experiencia creativa: 

 

Escribir es tomar la luna y prenderla en medio de mi frente, dejar que alumbre mi noche larga. Escribo desde la adolescencia. Es adictivo. Lo hago, de preferencia en las noches, cuando acuden las musas en tropel y ponen orden en mi caos. Escribo para seguir viendo lo que conocí ayer, salir del túnel de la oscuridad y volar, para que nadie diga que no puedo, que no debo, que otros lo hacen, ciertamente, mejor. Las personas que hemos sufrido ACV (accidentes cerebrovasculares) tendemos a perder destrezas de comunicación. Escribir es estímulo para la memoria, terapia emocional y de habilidades cognitivas. Escribo para negar y dar de baja mis supuestos y certezas, líneas de humo, ideas y credos que son también, humo en el viento. Escribo poesía y minificción, pensando que digo: “aquí estoy, esta soy yo, esta no soy, no sabes nada, sólo te salpican unas gotas de mi sangre y de mi lluvia”.

Mi ejercicio creativo, alimentado por la música (variedad de estilos/géneros), el cine y las numerosas lecturas de mi juventud (poesía, narrativa, boom latinoamericano, clásicos), y las que, gracias a la tecnología, sigo haciendo, deambula entre la adicción y la catarsis, entre la exploración y el arte. Es mi delirio, mi mentira, mi verdad.

Hoy, después de 18 años de ceguera, llevo el mundo de las imágenes grabado en mi memoria. Alcanza para ir por la vida con un mapa prodigioso y por una provincia bastante amigable. Sólo a veces, sólo algunas veces, se enciende en mi pecho el punzante aguijón de la oscuridad. Entonces, las sombras muerden mi página en blanco, escupen demonios entre sus márgenes, devoran los acentos de su voz, quiebran las alas de sus musas, y la contaminan de bilis y sal.

Aun así, digo que escribo. ¿Escribo?

 

Biografía.

 María Antonieta Barrientos, Chile, 1966. Escritora ciega de la Patagonia. Ha publicado el libro infantil “Luciana, la ovejita magallánica” y el poemario “Todas las nieves, todos los vientos: Mi legítimo imperio”. Galardonada en numerosos concursos literarios. Publicada en antologías nacionales e internacionales de cuento, poesía y minificción, y en revistas literarias, formatos papel y digital. Reconocida como Mujer Destacada por la Municipalidad de Punta Arenas, los años 2013 y 2018, por su aporte en la historia y desarrollo de la ciudad. Miembro de la sociedad de escritores de Chile.

 

///

 

MUSEO DE SOMBRAS

El museo de los sueños truncos no era el de los más visitados. Por eso, cuando quiso entrar, no había fila en la puerta, ticket que pagar ni guía que explicara cuál era la colección más ignorada.

 

Publicado en revista Contexturas.org, museos en breve. Taller online UCAB (Univ. Central Andrés Bello, Venezuela), mayo de 2024.

 

PRÉDICA DEL OLVIDO

Los hijos del sol, de la tierra, del viento, del agua, de las altas cumbres, de las grandes planicies, de las ardientes selvas, de los enmarañados canales australes, con sus ceremonias de exaltación de la vida, su ternura con la Pachamama, sus danzas y gozos que honraban la memoria cósmica, salvaguardaban la Verdad de la tierra y de los cielos. Vinieron los hijos de otras tierras y de otras aguas, y las juzgaron tradiciones paganas, cultos idólatras de nativos desnudos. Imposible contar el número de fiestas mágicas borradas con sangre y lágrimas, cercenadas por el despiadado filo de las festividades ajenas.

Había llegado el cristianismo a poner la venda, con su manto de tinieblas y su cruz de olvidos.

 

Publicado en ANTOLOGÍA MUTACIONES, Editorial Eos Villa , Argentina (2024), Colección Literatura de las Américas.

 

 

ETERNIDAD

Hace veinte años y siete segundos que no te beso, siete segundos eternos.

 

AMBIENTALISTA

“Voy a devolver al río de la vida todos los versos”, se dijo en ese instante de conexión plena con La Madre.

 

MACERACIÓN

Dejó remojando las palabras duras varios días hasta que fueran apetitosas, digeribles.

 

INMENSIDAD

La hoja en blanco le exigía toda su sangre, y más.

 

SIN CONEXIÓN

Una sonrisa metálica me saluda desde la niebla de la pantalla en blanco. Le respondo con mis labios de sangre, viento y miel, pero no entiende mi declaración de amor.

 

PRIMAVERA

Se vistió únicamente con la más hermosa canción que pudo recordar, y salió a la calle entonando flores risueñas y pajarillos de vivos colores.

 

A NADIE LE FALTA DIOS

 

Un bullicioso tropel de mariposas, recién paridas sus alas nuevas, se acercan a mirar extasiadas, su reflejo nuevo en el espejo del agua. El agua piensa que debió morir, en algún momento en donde nadie le anunció nada, no sabe, no se acuerda.

Lo que se le viene encima, aquel cielo ondulante y policromo, debe ser el paraíso del que tanto ha oído hablar.


 Minificciones publicadas en la Fanpage:

María Bardez escritora

///

 

REAPRENDER LA VIDA

(¿O conquistar la vida?)

Cuando la noche comenzó a hospedarse en mis ojos. Cuando la oscuridad habitó mis horas y mis días. Cuando los rostros amados, sus gestos, sus sonrisas y sus guiños emprendieron el camino del ocaso. Cuando lo único que se instalaba frente a mí, era una silueta grisácea, un fantasma de la sombra que había sido un entrañable palpitar. Cuando el océano, los montes, los parques y todas las acuarelas del horizonte perdieron su abanico de acentos luminosos, y daba igual el amarillo canario o el blanco leche, el rojo encendido del pecho de la loica o el ceniciento de un día encerrado en su cárcel de cristal, las naranjas, los calafates o las rosas. ¿Y las rosas qué? Cuando una voz debía transmitirme más que una mirada, cuando un abrazo o un saludo con la mano, pasaron a ser tan importantes como el nombre, la edad, la manera de mirar o de estar en el mundo. Cuando una nube informe en el suelo, podía ser un brujo dormido, una piedra en el camino o mi propio pie. Cuando los muros, los muebles y las puertas, parecieron estar a la misma distancia de mi nariz y de toda mi humanidad. Cuando la noche, y la mañana de la noche, quisieron confundirse en un mismo lienzo, una misma y confusa niebla atemporal. Cuando las sombras seguían cayendo sobre las personas, las paredes y las manos. Y las rosas, la nieve, los flamencos, la magia de los libros, las golondrinas, los caballos, la primavera y todos los mundos del cielo y de la tierra casi pierden la vida en mi vida.

Entonces, fue preciso aprender a vivir de nuevo, y a estar de otra manera en mis propios zapatos.

 

Publicado por Editora Laya (Argentina) en antología “Mujeres que dicen, 8M 2024”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario