lunes, 31 de enero de 2022

MARCIA BATISTA RAMOS: ALGUNOS POEMAS


Marcia Batista Ramos


La ciudad

 La ciudad es un espacio de la memoria

Donde los padres y abuelos viven en casas de barrio

Maestros y taxistas (trabajan)

Mientras los demás (curiosean)

 

La ciudad es un espacio profano

Tiene un centro antiguo

Donde las chicas (ahora) muertas

Caminaron como hienas en la jaula (sonriendo)

 

La ciudad es un espacio sagrado

Tiene iglesias y catedrales

Ángeles en las plazas

Y niños (muertos)

Que ya no regresan

 

La ciudad es un espacio de inmolación

Los automóviles

Los camiones

Las motocicletas

Los ladrones

Y las drogas

 

La ciudad es un espacio contradictorio

Bocinas y sirenas

Silencio aturdido

Selva con lobos

Heredad de sacrificios

Intentos de adivinar la noche

Insectos venenosos

Bonitos edificios

Flores heridas

Montañas de anhelo.

 

La ciudad es un campo de batalla.

 

 

Sobreviviente

Todos murieron

antes que yo naciera:

La abuela Antonieta

La abuelita Negrita

El abuelo Cesáreo

La abuela Leontina

El abuelo Ignacio

Las tías

Los primos

Hoy estoy viva

¡Llena de muertos!

 

Esquina

Un millón de transeúntes al día

Para cada uno (una locura)

Por cada locura (una angustia)

 

Un millón de olores

Por cada olor (un miedo)

 

Un millón de sonidos

En su único poste (silencio)

 

Un millón de dolores

Procesiones humanas

(Sin nombre)

(Sin sexo).

 

Los poemas de Alejandra

-En memoria de Alejandra Pizarnik-

El tiempo se acumuló desde la infancia triste hasta lo que quedaba de los días.

 Los miles de pedacitos que poblaban sus días y noches,

 tenían nombre y apellido,

se llamaban tristeza y miedo.

Pudo verlos frente a frente en la habitación cuando estaba sola.

Escurrieron del techo por las paredes

y fueron todos hacia ella como hormigas disciplinadas.

 (Hasta fue enternecedor su paso lento).

Cuando le alcanzaban, hacían temblar su pequeño cuerpo,

 erizaba su pelo corto y abría más sus ojos alucinados.

Entonces ella buscaba la forma de escapar…

 Y medio paralizada, sintiendo que ya no podía más;

 y consciente de que el dolor consumía lo que le restaba de cordura: ella escribía un poema.

Tal vez, para salvarse.

 

Reminiscencias

No comas frutas verdes, te va a doler la barriga. 

No pruebes frutos que no conoces, pueden ser venenosos…

Colosales locuacidades.

Repiqueteante austeridad.

Profunda y sistemática incomodidad, poblando los días grises

 de la niña y de las futuras generaciones.

Por los siglos de los siglos…

 

Poema para las mujeres de Ciudad Juárez

 La orfandad de la noche encontró tus pasos

La ciudad es una jungla llena de bestias

Que te buscan

Para comerte en pedazos

 Tu olor es joven

Los atrae

Tu cuerpo es pequeño

Eres presa fácil

Que cae

Hasta el cielo

Llegará el eco de las oraciones

El aliento de las protestas

Las palabras en llamas

Los poemas que no te salvaron

Me esconderé detrás de alguna sombra

Masticando mis banderas

Olvidando mi nombre y mi arte

Porque no puedo llamarme poeta

Si mi verso no puede salvarte

Y la poesía y sus luchas

Son solo un emblema

Semillas sin germinar

Es cada poema

Que no logra protegerte

...

(Sueño con la noche que gotea de mi verso

Como un manto de justicia y protege tu vida)

 

Oración en medio de la guerra

Señor, en estos años de guerra he guardado sonrisas,

para usarlas en los días de fiesta.

Fiestas sencillas:

comer a la mesa con mis hermanos;

saludar a mis vecinos;

sentarme en el parque a leer un libro en la calma de la tarde

y sonreír al niño que pasa ...

Señor, en estos años de guerra todo ha cambiado.

Las canciones piadosas fueron silenciadas.

Los hermanos se convirtieron en mártires,

que ya no comerán en la mesa del domingo.

Ya no me abrazarán, ya no volverán a sonreír

Y no cantaran las canciones de nuestro tiempo.

Señor, en estos años de guerra,

Los vecinos apoyaron las paredes del edificio

Con sus manos, sus hombros, sus pies, su espalda ...

Señor, los vecinos, se quedaron a vivir bajo los escombros.

Llegó la pala y se llevó a los vecinos.

Los bombardeos pulverizaron el parque

y el niño que pasaba…

Señor, en estos años de guerra he guardado sonrisas,

para usarlas en los días de fiesta.

Te pido perdón Señor, porque ahora,

Usaré mis sonrisas para iluminar

el cadáver de cada enemigo.


Biografía                         

Márcia Batista Ramos, brasileña. Licenciada en Filosofía-UFSM. Gestora cultural, escritora, poeta y crítica literaria. Editora en Conexión Norte Sur Magazzín, España; columnista en Inmediaciones, Bolivia, periodismo binacional Exilio y Consultario, México, COINCIDIR, Chile, revista Madeinleon Magazine, España, El Mono Gramático, Uruguay y revista Barbante, Brasil. Publicó diversos libros y antologías, asimismo, figura en varias antologías con ensayo, poesía y cuento. Es colaboradora ocasional en revistas internacionales en más de treinta países. Editor adjunto de la Edición Internacional de Literatura China de Hubei. Embajador de la revista NAMASTE, India.

 


3 comentarios:

  1. Unos poemas que van como un puñetazo directo al estómago. Excelentes!!
    Besicos muchos.

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  2. Muy buenos poesía bella y descarnada Muy bello el poema a Alejandra Pizarnik.Gracias.

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  3. demasiado largo imposible comentarte te cuento un blog tiene una entrada corta y agil para poder leer rapido lo tuyo es Un Libro.......
    no hay mujeres rotas hoy en dia hay mujeres friontales que quieren y saben lo que quieren.Dolidas por algo que le paso
    pero lo roto no esta mas en la mente de ninguna de nsotras un abrazo y te dejo mis huellas

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