Relato sobre imágenes de dos
pinturas de Joaquín Sorolla. “Otra Margarita”
Imagen 4
UN JUEZ EN EL ESTUDIO DEL PINTOR.
-Buenos días, don Joaquín.
-Buenos días señor Juez.
-Llámeme Ángel, en su estudio las formalidades entre buenos
amigos sobran. Me alegro de que se esté recuperando favorablemente del
envenenamiento que le provocó su mujer, casi termina con su vida, querido
amigo. ¿A qué viene la urgencia de su llamada?
-Sí, por suerte voy mejorando del terrible error que, sin
querer, cometió mi querida esposa al elegir el tarro del azafrán y confundirlo
con el de veneno para ratas.
-Me gustaría tenerlo tan claro como usted lo tiene, querido
amigo. Veo que ha pintado la escena del juicio, extraña mezcla la de estos dos
lienzos juntos, siendo la misma mujer no parece serlo.
-Es el relato de mi vida junto a mi amada
"florecilla", la alegría de nuestra vida junto al mar, bajo la luz
mediterránea, salpicada de olor a algas y sal. Toda la vida anteponiendo mi
labor de pintor de la luz, mientras mi amada quedaba sola en casa, cuando
volvía siempre encontraba su sonrisa y el calor de su cuerpo pero mis ausencias
la llenaron de celos y dudas. Sí, soy hombre y, como pintor he sucumbido a
insinuaciones y desnudeces de mis modelos que fueron a más; nunca me negué a
otros encantos, usted lo sabe, mi "florecilla" se fue mustiando y
llenando de dolor y celos hasta que tomó una mala decisión, pero no la culpo,
motivos le di más que suficientes, solo quiero recuperar los días felices, que
perdone mis errores y perdonar el suyo, señor Juez, amigo Ángel, tenga
compasión de mí, si la sentencia perderé mi luz y mi alegría...
-Tendré en cuenta sus palabras a la hora de dictar
sentencia, querido amigo, y ya que estoy aquí... ¿Qué le parece si aprovechamos
la visita y empieza a tomar unos bocetos para ese retrato que hace tanto que me
tiene prometido?
Autora: Amaya Puente de Muñozguren.
Obra registrada, todos los derechos reservados.
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