miércoles, 8 de febrero de 2023

Marta Pumarega Rubio: Escribir es mi momento de introspección, de mirarme en el espejo

 

Marta Pumarega Rubio

En el blog tenemos el honor de acoger la visita de la poeta madrileña Marta Pumarega Rubiocuya poesía nos ha fascinado. Autora del poemario El cielo no es azul,  rememora para este espacio como surgió su temprana vocación y nos deleita compartiendo algunos de sus poemas.

Bienvenida, Marta, gracias por compartir tus primeros inicios con las letras. Cuéntanos sobre tus lecturas y la edad  en la que comenzaste a escribir.

Comencé a escribir siendo muy pequeña, mi madre siempre ha tenido amor por el arte y nos lo ha transmitido, en vez de cuentos como a los otros niños de mi edad, me leía poesía y para mí se convirtió en una manera natural de expresarme.  

Mis lecturas han sido muchas y muy variadas, cada época de mi vida está marcada por autores muy distintos, últimamente leo poesía contemporánea.


Cómo surge tu proceso creativo, cuéntanos qué elementos, circunstancias o emociones te inspiran y si sigues algún método o ritual a la hora de escribir.

 Vivir es lo que me hace escribir, no sé hacerlo de otra manera. A veces me siento y escribo en el ordenador de una manera más premeditada, pero la mayoría de las veces es mucho más espontáneo, tengo un poema en la punta de los dedos y tiene que salir, en ese momento da igual donde esté, uso lo que tengo a mano ya sea el móvil o una servilleta de un bar. Escribir para mí es una necesidad, tanto como respirar.

 

Si tuvieses que resumirnos en pocas líneas tu vocación literaria, qué nos dirías que aporta la escritura en tu vida y, en última instancia, qué es lo que te lleva a escribir.

 Escribir es mi momento de introspección, de mirarme en el espejo. Siempre he escrito sobre lo que siento, sobre lo que observo, en definitiva sobre lo que vivo, es la manera que tengo de reflejar mi mundo. 

 

BIOGRAFÍA LITERARIA

Marta Pumarega Rubio, poeta madrileña nacida en el 76, autora del libro de poemas Antónimo de cobijo (Editorial Lulu) presentado por el poeta Jesús Urceloy y El cielo no es azul (Editorial Alfar). Ha participado también en la antología poética 54 Poetas que corrieron la Maratón de Chicago (Editorial ARS POETICA-2018) y en distintos eventos online como el "IV Festival de Poesía el Laboratorio de la Palabra" de la mano del poeta Fran Ignacio Mendoza y en “La Poesía nunca cierra” junto al poeta Agustín Córdoba García. También  ha colaborado con sus poemas en 142 Revista Cultural y en Registros Revista Cultural, también se han traducido alguno de sus poemas al francés para la plataforma literaria OUPOLI. Ganadora del concurso Para poner un poema a un cuadro, para la exposición antológica del pintor Juan Calderón Matador.


EL RETRATO

 Mi abuela es un retrato al final del pasillo.

Viste de luto

aunque nunca enviudó,

ni siquiera cuando

murió el padre de sus hijos.

 

Lleva el pelo recogido,

pero yo recuerdo que en las noches

de mi niñez,

ella soltaba su pelo

como una cascada plateada.

Como si el agua le llegara hasta la cintura

lo peinaba cien veces

y luego rezaba junto a la cama.

 

En el retrato mi abuela no llora,

pero yo recuerdo que

de sus pequeños ojos azules

caían lágrimas del mismo color.

Caían sobre su jersey,

sobre el café,

sobre el periódico,

sobre mis pequeñas manos.

 

Yo nunca supe por qué mi abuela lloraba.

 

De mi abuela apenas recuerdo nada;

solo su largo pelo,

solo sus pequeños ojos,

solo sus grandes lágrimas.



 LA SOMBRA

Mientras te esperaba,

he visto a mi amigo muerto

paseando por las calles

con sus manos de buscador de oro.

 

He visto a mi amigo muerto

como si nunca,

como si fuera,

como si él.

 

He recordado que en el entierro

su madre lo perdió todo,

la cabeza,

el aire,

los zapatos,

a su único hijo.

 

Con un grito

buscábamos todas las respuestas.

 

Nunca he vuelto a llorar tanto.

 

He mirado de nuevo,

y no había rastro,

sólo un hombre calle arriba,

una sombra,

un reflejo,

una mentira.




LA VIDA

 Hijo,

en esta fotografía

está el tacto de tu mano

en los semáforos,

el olor a mar

de los veranos en el norte,

tu abrazo infantil,

los domingos en el parque,

las palabras importantes,

tu sonrisa y la mía.

 

Quiero decir,

que en esta fotografía,

no sólo estamos los dos,

está toda tu infancia contenida,

todo el tiempo,

este amor.

 

Estamos nosotros,

caminando por la vida.


(Del libro 'El cielo no es azul')


DICIEMBRE

 

El señor del tiempo sentencia

que aquí, en mi país,

el invierno será más grave que en Estocolmo,

 

más certero,

más cruel,

con más puntería,

 

que hará tanto frío aquí donde no llega tu mirada,

ni la prolongación de tu abrazo después de necesitarlo tanto,

 

que a pesar de que el sol saldrá

apenas será un abrazo leve,

una mano sin un cuerpo que buscar bajo la ropa,

un triste beso en la frente.

 

El señor del tiempo sentencia

que el temporal no cesará sobre el mapa,

 

que será imposible

disolver diciembre en una sopa caliente,

resolverlo en una lluvia tras el cristal,

distraerlo en una cama para dos.

 

El señor del tiempo sentencia

que aquí, en mi país,

que aquí, en mi ciudad,

que aquí, en esta calle,

bajo este techo,

 

el invierno será mucho más grave que en Estocolmo,

más certero,

más cruel,

con más puntería.

 

 Antónimo de cobijo (Editorial Lulu)


El cielo no es azul
(pinchar aquí para entrar al enlace)