lunes, 14 de septiembre de 2020

Los hilos de la vida (VVAA): un pequeño aporte al colectivo alzheimer

 


Los Hilos De La Vida es un libro solidario escrito en colaboración de varias autoras y autores con el objetivo de ayudar a la asociación Afavc que lucha por visibilizar y paliar los efectos que la enfermedad de alzheimer ocasiona en la vida diaria de los pacientes así como de sus cuidadores y familiares. 

El libro, tras un breve prólogo escrito por el escritor Lute Pérez, coordinador y editor del proyecto, se abre con una serie de treinta y cinco relatos o vivencias, para cerrarse con un epílogo en el que se abordan brevemente  el Acompañamiento de los pacientes (por Vanesa Di Giacomo) y se ofrecen una serie de consejos o estrategias a los cuidadores (por Nacho Valbuena) con el fin de atenuar los problemas que puedan surgir en épocas de confinamiento, como la actual, con enfermos aquejados de esta dolencia.

Colaboran en este libro diversas autoras y autores de diferentes ámbitos y trayectorias literarias, unidos por el frente común de la solidaridad tan necesaria en nuestros días. El lector o lectora puede encontrar en este libro desde vivencias o reflexiones acerca de la enfermedad del olvido más o menos profundas, a relatos muy emotivos contados desde la perspectiva del recuerdo, fruto de los instantes de lucidez de sus protagonistas, o bien desde la añoranza de los familiares por los tiempos pasados que compartieron con los enfermos. Asistimos también a escenas de rutina o eventos comunes que pueden constituir una auténtica odisea para estos enfermos así como para sus cuidadores, los cuales a menudo tienen que echar mano de numerosos recursos para lograr encontrar la llave de  la puerta que conecta el mundo personal e intransferible  de estos pacientes con la realidad  en la que viven inmersos. 

Secretos guardados durante muchos años y desvelados solo al final de la existencia, amores imposibles que se aferraron al alma de algunos pacientes sin despegarse de ella hasta el último aliento, tragedias que precipitaron el olvido, vidas de duros trabajos y soledades entretejidas,  hasta gritos de frustración e impotencia podemos encontrar en este libro. Historias en las que asistimos, muchas veces, a la desesperación por parte del familiar que asiste al duro proceso del des-aprendizaje de su ser querido y ve como éste va perdiendo el interés y la memoria en los sucesos recientes a la vez que rebobina, una y otra vez, en su cerebro los acontecimientos pasados, como en una rueda nebulosa que le va restando claridad en cada visión.

La labor de los nietos como vehículos transmisores de afecto y comprensión, la impotencia y estrés de los hijos así como el propio carácter y forma de afrontar la enfermedad de cada paciente,  se revelan en este libro como aspectos fundamentales a la hora de la evolución de la enfermedad. Al respecto, encontramos relatos de índole tan variada sobre las decisiones vitales como Poemas No, en el que la confirmación del diagnóstico no hace sino reafirmar al personaje en la necesidad de tomar decisiones desde la lucidez inmediata acerca de la gestión de su trayectoria vital posterior,  frente al texto Nueva Esperanza, en el que una cuidadora, sin descuidar su integridad profesional y ética, decide aportar una pequeña luz al enigma que flota sobre la desaparición de  una compañera en un grupo de tres ancianos que han condicionado su vida a esperar su regreso. Secretos que revelan causas de antiguas rencillas se dan cita en el relato El secreto de la abuela, o revelaciones de una vida sometida a la violencia en Flores no,  numerosos recuerdos que flotan en: El guardián de los recuerdos, Recordando, No lo recuerdo, o La memoria del corazón. Los entresijos de la mente en La mente es maravillosa y El laberinto de la memoria, o confesiones que dan sentido a una vida de incertidumbre en La chica del lago, o  explican silencios teñidos de tristeza ante algunos nombres impronunciables del árbol genealógico  en el relato Fértil. Testamentos vitales en Testamento en plenas facultades... escenas de toda una vida a modo de autobiografía en Las etapas de la vida, y  hasta un poema poco antes de la hora de El desayuno de los domingos o una tarta de cumpleaños en Sal y Chocolate, son  apenas una muestra del ramillete de relatos y textos variados que componen un libro para leer a ratos: entre las pausas que nos va dejando la vida, el tiempo de tomar un café, de leer en la sobremesa o al final de la tarde, evocando con nuestra lectura a aquellos que nos precedieron y elevar un pensamiento hacia aquellas personas que se aferran como único patrimonio a sus recuerdos y necesitan contarlos antes de que se pierdan en la nube sin nombre del olvido.


Para ellos, para sus familias, y para todos aquellos dispuestos a colaborar y amantes de la lectura está pensado este libro.


Los hilos de la vida


viernes, 11 de septiembre de 2020

Gladys Alonso: Escribir es alimentar el espíritu



Gladys Alonso

  Hoy recibimos en el blog a Gladys Elizabeth Alonso, escritora argentina, que amablemente ha accedido a hablarnos sobre su vocación temprana y respondido a nuestra pregunta de Qué significa escribir para ti.

Soy Argentina, de Mendoza, Chacras de Coria, dónde vivo actualmente. Residí y trabajé muchos años en Río Negro, al sur de mi país, en la Patagonia, donde formé mi familia y nacieron mis tres hijos. Ejercí la docencia durante veinticinco años.

Mis padres alimentaron mi gusto por la lectura desde niña.  Desde entonces también son mis primeros pasos en la escritura que se continuaron en la adolescencia con más trabajo e interés. No me abandona el deseo de incentivar la creatividad y la imaginación por medio de las palabras, en poemas, microrrelatos, cuentos.

Cuando dejé la docencia, intensifiqué mi actividad literaria y mis producciones. Continuo en talleres literarios y grupos de lectura .He participado en varias antologías poéticas, en el libro “El tiempo y la vida” y en la revista “Valencia escribe”, en diversas publicaciones de la biblioteca de mi ciudad, Luján de Cuyo.

Varios premios y menciones han gratificado mi quehacer literario. En el año 2012 publiqué mi libro de poemas “Donde mora el sol” por editorial Ruedamares.

Mi proceso literario nace de las lecturas y de la observación de la naturaleza. De los hechos cotidianos, imágenes, recuerdos, sentimientos, emociones. Para mí escribir es internarse en otro mundo y lo disfruto. Es la artesanía del lenguaje que involucra el yo íntimo y la realidad. Exige trabajo y paciencia, un desafío.

En el microrrelato, en la poesía, como en los haikus, me atrae  la búsqueda del lenguaje para decir mucho en la brevedad. Ese poder de la síntesis.

¿Qué supone escribir para mí? Escribir es alimentar el espíritu, una forma de trascender.

 

                                                             RAYUELA

La rayuela era su juego preferido, más aún ese día en que pudo llegar al cielo.

Había saltado con precisión. Casi siempre perdía en los primeros pasos y se quedaba mirando a sus contrincantes con envidia.

Pero ese día, asentó sus dos pies con firmeza en el cielo, sonrió con alegría y nunca más volvió.

  CONJURO INFANTIL

No podía echarle la culpa. ¿Cuántas veces lo había pedido? En las rondas escolares, cantando con sus amigas, en la casa de su abuela, en la plaza.

 Cientos de veces, durante muchos años.

Ahora ante la realidad, reconocía que lo que había pedido  se cumplió, pero no era justo adjudicarle su fracaso matrimonial al arroz con leche.

                                                      POR AMOR AL ARTE

 Estuvo un año haciendo un curso de pintura. Estudió la obra de Van Gogh. Se relacionó con curadores y casas de remate. Visitó innumerables museos, sobre todo la National Gallery . Se hizo amigo de los guardias y supo cada uno de sus recorridos. Esa noche preparó los guantes, las herramientas y la linterna. Todo listo.

  Nunca supo que Los Girasoles podían ser plantas carnívoras.

OTRA VEZ

Una y otra vez se miró al espejo. Con un solo ojo vio la mitad de su cara hinchada. Hielo, debía ponerse hielo. No pudo levantar el brazo. El brazo que sabía de abrazos. Wue le acomodaba el cuello de la camisa. Que le acariciaba la barba. El que lo sujetaba contra su epcho en la cama. Ahora estaba inmóvil, caía sin fuerzas.

Otra vez el hielo helaba sus lágrimas. Se acomodó como pudo el abrigo.Un pañuelo en la cabeza, los anteojos ahumados, su cartera y salió. Una, cinco, veinte veces. No habría otra vez.

                                                    

      VATICINIO

Anochecido duelo de los sueños

que huyen de las sombras.

Diezmadas las tinieblas,

con esa luz inquieta

que escribe el horizonte,

el alba se descubre

en luminosas auras.

 

Allí, donde mora el sol,

sapiencia de la vida,

donde el gozo tiene rumor de alas,

donde ríe la lluvia

y prende en los silencios alegría,

la inocencia es piel de remembranzas.

Mora el sol

y vaticina los tiempos del asombro.

Gladys Alonso

(Del libro Donde mora el sol)

 

Gladys Alonso