miércoles, 25 de noviembre de 2020

Elena Sagaseta Tarrio, escritora y representante de la Asociación Clara de Campoamor: caminando hacia la igualdad nos enriquecemos todos.

 

Elena Sagaseta Tarrio


En esta semana de la No violencia contra la mujer, entrevistamos a la escritora, activista feminista y representante de la Asociación Clara de Campoamor, Elena Sagaseta Tarrio. Curiosamente, llegué antes a la Elena escritora que a su faceta pública social ya que la conocí virtualmente al participar de forma conjunta en el proyecto solidario Femenino Plural, libro de relatos coordinado por el escritor Lute Pérez en beneficio de la Asociación Clara de campoamor, de la que Elena es representante en medios,  y en el que también ella, junto a muchas compañeras, participó con un relato. Elena, a pesar de sus múltiples compromisos,  ha accedido generosamente a responder a mis preguntas para enriquecernos con su aportación.


1.NOSOTRAS ESCRIBIMOS: ELENA, ¿CÓMO CREES QUE LA LITERATURA PUEDE AYUDAR EN ESTE CAMINO HACIA LA IGUALDAD REAL?

ELENA SAGASETA: La literatura es una parte esencial en el constructor social y cultural que ayuda a marcar y a definir las relaciones entre hombres y mujeres y, como tal, tiene la posibilidad de poder incidir y cambiar la desigualdad existente en nuestro sistema que conlleva a unas relaciones injustas, en pro de avanzar hacia unas relaciones basadas en el respeto y la igualdad de derechos y oportunidades. No podemos olvidar que, históricamente, la literatura escrita ha invisibilizado muchas veces a la mujer escritora, que tenía que asumir seudónimos para firmar sus obras,  recurrir al anonimato, publicar con el nombre de su marido o bien le era negada directamente la publicación por el hecho de ser mujer y, es a través de este contexto histórico que está emergiendo todo lo sucedido y al visibilizar a estas mujeres se descubre, a su vez, todo ese potencial suprimido o al que no se le dio valor en su momento y ha hecho que se perdiera una gran parte dejándonos incompletos como sociedad

2. N.E.: ¿Crees que este esfuerzo por devolver a la mujer la visibilidad que se le negó durante siglos está dando resultados?

   E.S.: El solo hecho de que estemos hablando sobre este tema ya es un paso hacia adelante. Todo lo que sea participar, aportar, visibilizar, la figura de la mujer,  nos enriquece en nuestras relaciones porque nos hace cuestionarnos a nivel social, adquirir conciencia de este tema.

3. N.E.: Tu balance de estos últimos años es, pues, un balance positivo.

    E.S.: Sí, pero no podemos perder el norte. Es cierto que hay avances, pero no es menos cierto que  queda un largo trecho por recorrer en el camino hacia la igualdad.

4. N.E.: Qué piensas acerca del enfoque que se está dando al tema  en el sector de la educación y concienciación a los jóvenes. ¿Alguna vez has pensado que determinados enfoques pueden llevar a una guerra de sexos o a posiciones extremas?

    E.S.: En el momento en el que se plantean estas cuestiones ante un sistema mayoritariamente patriarcal es esperable que el solo planteamiento se vea como una amenaza hacia este sistema, porque precisamente lo que queremos es cambiarlo, pero esto solo sucede cuando damos un mensaje parcial y nos quedamos únicamente con una parte superficial. Claro que es una amenaza a un sistema que no es justo, pero lo que debemos hacer es alzar la voz para cambiar esta realidad que hace que se ataque a una parte de la sociedad solo en razón de su sexo, por el mero hecho de ser mujer, y justamente frente a esa actitud los hombres tienen mucho que decir. Por esto no queremos que el mensaje se vea como una carga contra los hombres sino fomentar el uso de nuevas masculinidades, alejadas del tópico del hombre fuerte que ostenta el poder y la responsabilidad de los cargos relevantes y  la mujer como subordinada a este.

5. N.E.: Háblanos un poco más del concepto nuevas masculinades.

   E.S.: Cuando hablamos de asumir nuevas masculinidades estamos hablando de aprender nuevos comportamientos porque solo viendo donde tropezamos podemos cambiar. Se trata de revisar roles tradicionalmente adjudicados al hombre como el rol de ser y parecer en todo momento fuerte, un rol que puede llevarle a suprimir sus emociones y a no manifestar sentimientos que, sin embargo, le enriquecen como persona por temor a que estas expresiones se vean como un síntoma de debilidad. Son este tipo de roles los que tenemos que evitar transmitir. Pero sobre todo lo que tenemos que potenciar es el acercamiento entre ambos sexos y la colaboración, ya que la sociedad está compuesta por mujeres y por hombres y solamente podemos evitar la injusticia y la desigualdad caminando juntos.

N.E.: ¿Cuándo crees que estaremos cerca de conseguirlo?

  E.S.: El día en el que ninguna mujer sea violentada de forma física, sexual, económica, social  y psicológica por el mero hecho de ser mujer, porque no estamos hablando de otro tipo de violencia que puede darse en ambos sexos, sino de la violencia o discriminación dirigida hacia la mujer como colectivo,  discriminación que ha sido muchas veces respaldada o ignorada por las instituciones en diversos ámbitos económicos o culturales. Se trata de avanzar hacia una realidad igualitaria en la que ambos sexos puedan disfrutar de los mismos derechos y oportunidades para poder enriquecernos mutuamente.

¡Muchas gracias por tu tiempo, Elena, ojalá que esta realidad sea un hecho y los pasos que hoy damos nos ayuden a construirla! 

  

Libro solidario en favor de la Asociación Clara de Campoamor


A continuación compartimos el manifiesto que, con motivo del día 25 de noviembre, la asociación Clara de Campoamor publica en su página web.


MANIFIESTO 25 DE NOVIEMBRE, DÍA INTERNACIONAL DE LA ELIMINACIÓN DE LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Desde la Asociación Clara Campoamor, nos sumamos a la visibilización de este día como método de denuncia y crítica de la violencia estructural que sostiene el sistema patriarcal en el que vivimos y en el que sufrimos violencia, de forma reiterada, las mujeres y las niñas de todo el mundo.

La violencia contra las mujeres y las niñas es, ante todo, una violación de los Derechos Humanos y así lo reconoció Naciones Unidas, en 1993 y el Consejo de Europa en el Convenio de Estambul. Como cada año, en el 25 N, nos vemos en la obligación de reiterar las mismas reivindicaciones que años anteriores ante la persistencia de esta grave lacra social que es la violencia de género. En este preciso momento, nos encontramos siguiendo los avances  y retrocesos en los derechos de mujeres, niños y niñas, ya que existe una larga lista de atentados contra nuestras vidas y donde parece que hay  mucho interés en matar la verdad. Porque la violencia de género no sólo mata mujeres, mata la verdad. Parece que hay una nueva estrategia del sistema patriarcal que es intentar silenciar en el ámbito público la violencia contra las mujeres por medio de negar su existencia.

Estamos en un importante momento histórico-social-cultural-político, donde se implementa la confusión, el tergiversar la información, el interés por la división, a fin de mantenernos en la misma precariedad y en idéntica posición de dolorosa e injusta desventaja.

Nuestro compromiso va a seguir siendo con y por las mujeres, niñas  y niños que sufren violencia. Seguiremos luchando y acompañando a las víctimas. Éste nuestro compromiso.

Pedimos a la sociedad que no permita ni un paso atrás en el camino hacia una sociedad libre de violencia contra las mujeres. Pedimos una sociedad más justa e igualitaria. No queremos, ni podemos permitir seguir dejando en el camino mujeres, niños y niñas porque mantengamos una sociedad enferma donde continúa dándose la violencia de género.

          No hay ni un solo país en el mundo donde las mujeres no sufran la violencia. No hay ni un solo campo donde las mujeres no estén expuestas a los actos o medidas de violencia. La violencia hacia las mujeres no conoce fronteras geográficas, ni límites de edad, ni distinción de clase, de raza o de diferencia cultural. La violencia hacia las mujeres tiende a ser norma y no excepción. Protegida por el reino del silencio, la violencia es frecuente, incluso en los países que tienen, aparentemente, un desarrollo elevado de igualdad entre hombres y mujeres. 

Desde la Asociación Clara Campoamor, continuamos topándonos con una sociedad enferma. Una sociedad que padece una grave enfermedad social denominada misoginia cuyos síntomas se constatan en la desigualdad existente entre mujeres y hombres. 

Resulta difícil estimar la verdadera incidencia de la violencia de género y/o de la violencia sexual. La mayoría de las situaciones no llegan al conocimiento de las autoridades policiales y judiciales. Existen múltiples factores que pueden explicar esta circunstancia: el miedo, la vergüenza, la esperanza de cambio, la dependencia económica, la dependencia emocional, el desconocimiento de sus derechos y de los recursos existentes, etc. Todavía el maltrato psicológico y social apenas se denuncia y la mayoría de las denuncias se interponen tras años de padecerlos. 

La Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE, presenta el mayor informe realizado hasta ahora. Destaca que 62 millones de europeas han sido víctimas de violencia de género (1 de cada 3 mujeres); otras 62 millones la han padecido durante la infancia; 100 millones han sido acosadas sexualmente; 80 han sufrido violencia psicológica y 10 millones han sido privadas de su libertad, incluso dentro de sus propias casas. Si miramos a nivel mundial la realidad nos obliga a “dejar de mirar a otro lado” ya que las cifras de mujeres y niñas, datos disponibles por la ONU a 2014 donde se incluyen otras formas de violencia hacia la mujer (por ejemplo la mutilación genital femenina, la violación como arma/táctica de guerra…), son:

- El 38% de los asesinatos de mujeres en el mundo son cometidos por su pareja, siendo el ámbito familiar y de pareja donde se produce el mayor número de casos de violencia contra la mujer, ya sea física, psicológico, sexual, económica y/o social.

- Unos 120 millones de niñas de todo el mundo, más de 1 de cada 10, han sufrido en algún momento una agresión o abuso sexual.

- La trata de personas se convierte en una trampa para mujeres y niñas que son en un 98% objeto de explotación sexual (se calcula más de 4´5 millones de mujeres y niñas en el mundo).

- Más de 133 millones de niñas y mujeres han sufrido algún tipo de mutilación genital.

A nivel estatal, desde el Consejo General del Poder Judicial, trimestralmente emite informes sobre la violencia de género, analizando diferentes aspectos. Las víctimas mortales a causa de la violencia de género en lo que va de año hasta el momento ascienden a 41 constatados. 

Con este panorama y si bien, en los últimos años se han dado importantes pasos en pro de la igualdad entre mujeres y hombres, como son los avances legislativos (Ley de Protección, Ley de Igualdad de Mujeres y Hombres o la Ley Integral) o la implantación de recursos específicos de atención y sensibilización, todavía estamos necesitados y necesitadas de continuar esforzándonos para conseguir la igualdad real. Ahora mismo podríamos decir que tenemos una sociedad con una falsa sensación de igualdad, tenemos la sensación de que lo tratan hacer es: "cambiar para que todo siga igual”.

En este sentido es necesario analizar el panorama actual a fin de poder elaborar y construir nuevas herramientas que permitan apoyar el cambio real en nuestra sociedad.

A continuación, hacemos referencia a diversa información que respalda la afirmación “cambiar para que todo siga igual”:

                        El órgano de gobierno de los/as jueces/zas considera "muy preocupante" el incremento de denuncias de malos tratos en el que el agresor es menor de edad.

                    Desde el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, en varias encuestas realizadas en los últimos años, ha sacado porcentajes espeluznantes: un 27% de los jóvenes españoles cree que la violencia de género es una conducta normal en el seno de la pareja; más del 80% de los adolescentes afirma conocer algún acto de malos tratos en parejas de su edad; la mitad de los hombres y mujeres afirma que la violencia machista ha aumentado en España en los últimos años.

             En el estudio "La juventud universitaria ante la igualdad y la violencia de género", dirigido por María José Díaz Aguado- Jalón catedrática de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), refleja cómo el 14´3 % de las estudiantes universitarias sufre o ha sido víctima de violencia de género en su relación de pareja y el 10,6% de los estudiantes reconoce haber ejercido o intentado ejercer algún tipo de maltrato sobre ellas, llegando incluso hasta golpearlas en un 4,3 % de los casos. Entre otras conclusiones se resaltan que el 10% de las estudiantes perdonaría a su pareja si sufriese violencia o que el 11´7% asegura haber sido obligada a participar en conductas de tipo sexual contra su voluntad. Además, se desprende que el 20% se muestra de acuerdo con ideas como que el hombre más agresivo es más atractivo.

Esta es nuestra realidad en un mundo donde la falsa sensación de igualdad es una nueva estrategia del machismo para continuar manteniendo este sistema desigual.

Además de la violencia de género, en el ámbito de las relaciones de pareja siendo la que más repercusión social está teniendo, se dan otro tipo de situaciones de violencia contra la mujer como es el acoso sexual y sexista en el trabajo.

El acoso sexual y sexista en el trabajo es el resultado del problema estructural y sistemático, que hunde sus raíces en las desigualdades de mujeres y hombres.

En nuestra labor diaria de atención y acompañamiento a víctimas de violencia de género vemos que en la práctica totalidad de las situaciones en las que hay niños, niñas y jóvenes, el maltratador, además de violentarles a ellos, les convierte en instrumentos y armas perfectas para seguir maltratando a la mujer víctima tras la ruptura de la relación. 

Los y las profesionales que trabajamos con víctimas de violencia de género y una parte importante de nuestra sociedad no tenemos la menor duda de que un hombre maltratador no puede ser un buen padre.  Sin embargo, vemos que el sistema, aunque se le dote de medios para proteger a los y las niñas víctimas de violencia, no aplica las medidas previstas con suficiente contundencia para su protección. Esto facilita que se mantenga vigente un sistema patriarcal que obvia la lucha para avanzar hacia una parentalidad positiva, basada en un vínculo afectivo que implica cuidado, protección, seguridad y educación. La violencia hace saltar por los aires todo esto.

Quienes defienden el actual sistema se refieren constantemente al “interés superior del menor”, haciendo una interpretación perversa del mismo,  para seguir obligando a estas víctimas a mantener una relación con la persona que origina su desprotección y cuya relación afecta a su desarrollo biológico, psicológico y social. A pesar de tener clara esta situación, existe una fuerte  resistencia a adoptar los cambios necesarios para terminar con el dolor y daño que estamos causando a niños, niñas y jóvenes víctimas de violencia de género.

Mantenernos, para que todo siga igual, en su sí pero no, un vamos poco a poco, un hay que seguir dando una oportunidad, y un largo etc, que supone la legitimización para que los hombres maltratadores puedan seguir violentando a niños, niñas y mujeres.

Desde la Asociación Clara Campoamor, con motivo del 25 N, haremos la presentación de la guía de la creación de la guía para jóvenes de entre 12 y 18 años, “Sé lo que publicaste en el último minuto”, editada y subvencionada por la Diputación Foral de Álava. La guía constituyó una herramienta para trabajar la violencia de género en las TIC (tecnologías de la informática y comunicación) como nuevo medio para relacionarse entre la población más joven. La necesidad de esta guía nació porque las y los jóvenes, como grupo social mantienen un vínculo más directo y permanente con este nuevo modelo social inmerso en esta sociedad de la información y del conocimiento. Las TIC han generado la transformación en las formas de ejercer violencia y sobre todo de la violencia de género. Nuevas expresiones, nuevas formas de violentar y sobre todo nuevas formas de mantener un sistema de relaciones de género desiguales. Colgaremos la guía en la web de la ASOCIACIÓN CLARA CAMPOAMOR  a fin de que se pueda descargar gratuitamente.

Elena Sagaseta Tarrio 

Responsable de redes y comunicación de la asociación Clara de Campoamor  


QUE ES LA ASOCIACION CLARA CAMPOAMOR

La Asociación Clara Campoamor fue fundada en 1985 por un grupo de mujeres del movimiento feminista, por la necesidad imperante de defender los DERECHOS DE LA MUJER, INFANCIA Y JUVENTUD. La Asociación Clara Campoamor es una entidad de ámbito estatal. Su sede principal está en Bilbao y cuenta con delegaciones permanentes en los siguientes lugares: Álava, Castilla y León,  Gipuzkoa,  Valencia,  Madrid, Barcelona,  La Rioja, Andalucía y Galicia. Además ampliamos nuestra labor en Cantabria, Aragón, Extremadura y Castilla La Mancha. Realizamos trabajos de asistencia y asesoría a nivel institucional (a nivel nacional, autonómico y local) y acciones de incidencia política y social. Trabajamos por la protección de los derechos de la mujer en el mundo laboral, profesional, familiar, cultural y sanitario, en la defensa y protección de los derechos de la infancia y juventud, así como por las personas víctimas de la violencia de género.

        

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