UNA FRASE VARIAS HISTORIAS- HISTORIA2
"La mosca revolotea sin demasiada vitalidad en el cuarto de Baño" (José María Merino)
La mosca revolotea, sin demasiada vitalidad en el cuarto de baño. Ene la acaba de encerrar ahí porque no la deja estudiar. Vuelve a sentarse en su escritorio y se esfuerza en leer sus apuntes. Por fin sin mosca, pero… ¿qué estará haciendo?, se pregunta. Seguro que se aburre dando vueltas entre botes de champú y gel. Se la imagina posándose en el lavabo y mirando hacia el desagüe como si estuviera en el borde de un precipicio que da a un abismo oscuro y misterioso. ¡No, sal de ahí, mosca!
Ahora le parece verla volando frente al espejo y preguntándose quién será esa otra mosca que se empeña en imitar a la perfección sus movimientos. ¿Sabrán las moscas lo que es un reflejo? ¿Intentará atravesar el espejo para acceder a ese otro mundo reflejado? ¿En cuántos mundos distintos habrá estado? Ene se pregunta si habrá viajado mucho y cuántos kilómetros puede recorrer una mosca al día. Claro, que si va en vehículos, como esas moscas que su padre llama “cojoneras” y que tienen la manía de meterse en el coche cada vez que vienen de pasar el día en el campo, las posibilidades de conocer mundo se amplían enormemente. Por ejemplo, si una mosca se cuela en un autobús que va de Madrid a París, puede llegar a la ciudad de las luces y hacer turismo y subir a la Torre Eiffel. Y si luego coge un tren que vaya a San Petersburgo, podría pasearse por el mismísimo Palacio Imperial. Y si… ¡Para mosca, estate quieta ya!
Ene se levanta, va al cuarto de baño y abre la puerta. Y ahí está, mirándola indiferente, frotándose las patitas como sólo las moscas saben hacerlo. (Si pudiéramos oírla, estaría soltando una risilla maliciosa).
©Sara Nieto Yuste
Ahora le parece verla volando frente al espejo y preguntándose quién será esa otra mosca que se empeña en imitar a la perfección sus movimientos. ¿Sabrán las moscas lo que es un reflejo? ¿Intentará atravesar el espejo para acceder a ese otro mundo reflejado? ¿En cuántos mundos distintos habrá estado? Ene se pregunta si habrá viajado mucho y cuántos kilómetros puede recorrer una mosca al día. Claro, que si va en vehículos, como esas moscas que su padre llama “cojoneras” y que tienen la manía de meterse en el coche cada vez que vienen de pasar el día en el campo, las posibilidades de conocer mundo se amplían enormemente. Por ejemplo, si una mosca se cuela en un autobús que va de Madrid a París, puede llegar a la ciudad de las luces y hacer turismo y subir a la Torre Eiffel. Y si luego coge un tren que vaya a San Petersburgo, podría pasearse por el mismísimo Palacio Imperial. Y si… ¡Para mosca, estate quieta ya!
Ene se levanta, va al cuarto de baño y abre la puerta. Y ahí está, mirándola indiferente, frotándose las patitas como sólo las moscas saben hacerlo. (Si pudiéramos oírla, estaría soltando una risilla maliciosa).
©Sara Nieto Yuste
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