Que se muevan los muebles de sitio, sin que yo los toque, no me
impresiona. Tampoco que, de pronto, escuche gritos o risas extemporáneas, en
mitad de la noche. Yo no creo en fantasmas. Por eso, que aparezcas danzando,
tras años muerto, lo veo del todo lógico. No en vano eras el mejor en la pista
de baile.
María José Viz (11/03/2018)
(imagen tomada de Internet)