Frase de partida: "La mosca revolotea, sin demasiada vitalidad, en el cuarto de baño"
José María Merino (Mosca)
La mosca revolotea, sin demasiada vitalidad, en el cuarto de baño. Al entrar el otoño, las moscas y otros insectos se refugian del temido frío, indicio claro de la muerte cercana. No desean morir, protegen, infelices, sus frágiles cuerpos del trágico fin. Estoy cansado tras el ímprobo trabajo en el experimento, llevo días sin dormir, mi cerebro lo acusa. Esa triste mosca me hace evadir la mente un instante de mi febril afán. Hoy es el día D. Mi invento marcará un hito en la historia de la humanidad. Todo está dispuesto, no puede fallar. Tras usar el wc lavo mis manos y cara. A las 11 de la noche entro en el laboratorio. Mi fiel amigo Félix me sigue como un perrito faldero, pobre, ignorante de su misión. Tranquilo amigo, tendrás el honor de ser el primer gato del mundo tele-transportado. Abro la cabina A e introduzco al dócil animal en la plataforma. Distante unos metros, la cabina B está lista y revisada por enésima vez. Voy al puesto de mando. La emoción me embarga. El futuro gravita en este instante. Tecleo tembloroso los comandos. Un estruendo de sonidos y luces invade la sala. Culminado el proceso sólo queda comprobar el resultado. ¡Oh no Dios mío! ¿Qué he hecho? ¡Pobre Félix, en qué te has convertido? ¡Un gato-mosca con garras, pelo, alas translúcidas y ojos multifacetas! Esa mosca inmunda y mi negligencia al inspeccionar las cabinas han provocado la creación de un monstruo. A Dios gracias eras tú y no yo el primer pasajero tele-transportado.
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