"Se han apoyado en la baranda del faro. Han llegado hasta
aquí sin miedo" (Nuria Amat: La Extranjera)
Cruzando el límite
Se han apoyado en la baranda del faro. Han llegado
hasta aquí sin miedo, pero agotados por el tremendo esfuerzo.
En la inconsciencia de la juventud, no midieron sus
fuerzas antes de emprender el vuelo, de
cualquier modo debían llegar porque lo
contrario supondría su desgracia. Con todo, había merecido la pena tan intrépida
resolución, su bautismo en el aire, la prueba de fuego, la sublime sensación de
mecerse en el viento y ser uno con el cielo. Tras varias horas de vuelo
vislumbraron el faro en la lejanía y al acercarse la noche decidieron buscar
abrigo. Ahora, pletóricos de emoción, contemplaban la inmensidad del mar desde
su prominente enclave. Alba sintió un
leve dolor en su cuerpo pero lo achacó al enorme agotamiento. Se sentía
tan exhausta que se durmió enseguida.
Alex buscó algo de comer para reponer fuerzas. Por primera vez fue consciente
de que su madre se inquietaría al notar su falta.
Al pasar al lado de su hermana la notó fría. Su
cuerpo yacía inerte. Se acurrucó junto a ella para infundirle calor, también él
se encontraba ya al borde de la extenuación. Una ráfaga de viento azotó de
repente su exiguo refugio, se hizo la noche y todo quedó sumido en la oscuridad.
El resplandor del amanecer despertó a la madre.
Ahora, con todo el día por delante, debía seguir buscándolos, volaría hasta la
isla del viejo faro abandonado, seguro que los encontraría allí aunque les había advertido que no traspasasen
el límite porque aún eran demasiado pequeños para recorrer tan larga travesía.
Foto: Pinterest: The abandoned Lighthouse at Point
of Ayre, Talacre Beach, Flintshire, North Wales, UK. 2008
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