Me quedé dormido hilvanando constelaciones, zurciendo lunas, tejiendo soles. El sastre del universo flotando en un espacio de enormidad. Me desperté enredado en los hilos del desconcierto. Un cuerpo mortal remendado por un sueño grandioso. Y me encogí en un ovillo de desolación al abrir los ojos y reconocerme como rey absoluto de un triste reinado de mediocridad.
Texto: Aurora Rapún Mombiela
Foto: Paco Rapún Querol
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