Cierro los ojos e intento dormir. Desde que te fuiste, grita tanto el silencio que me despierto, pierdo la noción del tiempo y todo me recuerda a ti.
Imposible olvidarte cuando aún me sabes, a noches de verano, de jazmines blancos perfumando los labios empapados del primer amor; a abrazos saboreando la canela de tu piel entre las olas al atardecer. Apenas tuvimos tiempo de paladear el fruto de la pasión, éramos tan jóvenes… el final de las vacaciones nos separó.
Aún permanece en mi boca tu sabor a nostalgia, a amarga despedida con un volveré, pero no fue así. El tiempo ha ajado mi rostro y mi cuerpo, pero no mi corazón. Aquí sigo, esperándote, con sabor a olvido y a esperanza, con el sabor de aquella emoción que nos despertó el amor.
Pilar Alejos Martínez.
Imagen obtenida de la Red.
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