Rota de dolor, se cubrió el rostro para ir a Urgencias. Los médicos se sentían incapaces de detener o aliviar aquella extraña dolencia.
"¡Dorian!" Recordó la fuerza de sus garras subiéndole el vestido y clavándole las uñas en las nalgas. Había conseguido zafarse pero la amenazó con arruinar su porvenir como modelo. La agotadora sesión fotográfica había acabado de forma humillante y, además, no publicarían el reportaje.
Cuando dos redactores de la revista forzaron el laboratorio de Dorian, se quedaron helados de espanto: una colección de fotografías femeninas perforadas con alfileres, púas y clavos adornaba las paredes. Todas aquellas modelos habían visto malograda su profesión.
Collage de Ulla Jokisalo
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