El tiempo se cruzó en mi camino, llevaba los brazos entrelazados a la espalda y un paso marcado.
-¡Secretos!- dijo parándose frente a mi cara, para luego desaparecer.
De pronto, me vi rodeada de máscaras tiradas por el suelo frente a un grupo de personas desconocidas con las que había compartido toda una vida.
De pronto, me vi rodeada de máscaras tiradas por el suelo frente a un grupo de personas desconocidas con las que había compartido toda una vida.
©Orgav
Todos los derechos reservados sobre el texto.
Imagen usada de Internet perteneciente a: The Closet Club.
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No tiene porque mentir…
ResponderEliminarYa nos bastamos nosotros mismos para engañarnos a lo largo de la vida.
Abrazo verónica.