Letargo.
Seca. Seca de ideas, de palabras.
La inspiración no me visita y me aturde su ausencia. La siento a mi alrededor pero no la encuentro y ya no nacen historias...
Él está allí, en la lejanía de un papel en blanco, montado en el tren de la inspiración, esperando un destino incierto. Solo es un personaje más, sin materia alguna. Me mira y exalta con sus manos la distancia que nos separa, me hace entender que se siente encerrado en aquel tren sin rumbo. Siente miedo a morir asfixiado entre un cúmulo de ideas interrupidas, inacabadas, que apestan, que le aplastan...Me mira y lanza súplicas, mientras golpea con fuerza un cristal imaginario que solo existe entre las pocas partículas de realidad que hay entre su mundo y el mío. Agotado, llora de rabia mientras musita su indignación. La impotencia le pesa y se deja caer entre los asientos del vagón.
Allí está, tirado en un suelo que no existe, cada vez más lejos de tener una vida, de tener un camino que seguir, de darle sentido a la levedad de su existencia...
-No puedo hacer nada por ti -le digo- estoy seca...
Y poco a poco veo como el tren se disipa en la lejanía... Sin destino definido.
©Orgav
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Imagen extraída de Internet.
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