Escribiendo con los cinco sentidos, sabor: amargo.
Título: El amargo camino de la resiliencia.
Hoy voy a dejar que duela,
voy a dejar que la herida escueza,
que sangre...
Voy a meter los dedos en ella.
Voy a llorar por cada palabra
y por cada silencio,
por los intentos y sueños frustrados,
por los años invertidos
y por el fracaso...
voy a dejar que la herida escueza,
que sangre...
Voy a meter los dedos en ella.
Voy a llorar por cada palabra
y por cada silencio,
por los intentos y sueños frustrados,
por los años invertidos
y por el fracaso...
Sí, hoy voy a dejar que duela
mientras lloro.
Y voy a dejar, con estas palabras,
que el dolor se pronuncie
y que sean las lágrimas
las que acaricien mi cara,
mientras los recuerdos
retuercen mi cuerpo
en un duro abrazo...
mientras lloro.
Y voy a dejar, con estas palabras,
que el dolor se pronuncie
y que sean las lágrimas
las que acaricien mi cara,
mientras los recuerdos
retuercen mi cuerpo
en un duro abrazo...
Hoy voy a llorar
y voy a dejar que duela.
Lo haré por ti y por mí,
por el cariño
que aún nos procesamos
y por el respeto mutuo.
Pero sólo será por hoy...
y voy a dejar que duela.
Lo haré por ti y por mí,
por el cariño
que aún nos procesamos
y por el respeto mutuo.
Pero sólo será por hoy...
Y si mañana me ves sonreír,
si ves un matiz de felicidad,
te pido que no me juzgues,
que respetes el modo en que elegí
llevar mi sufrimiento,
que entiendas que no existe egoísmo
en querer sobrevivir,
y que todos debemos ser resilientes
para dejar marchar los demonios
que llevamos dentro.
si ves un matiz de felicidad,
te pido que no me juzgues,
que respetes el modo en que elegí
llevar mi sufrimiento,
que entiendas que no existe egoísmo
en querer sobrevivir,
y que todos debemos ser resilientes
para dejar marchar los demonios
que llevamos dentro.
Hoy dejo que duela mientras lloro...
©Orgav
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